El mar Báltico agoniza por décadas de contaminación química, sobrepesca y cambio climático

En colaboración con The European Commission
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Por Denis Loctier
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Los desechos tóxicos de la industria petrolera soviética continúan fluyendo hacia el mar Báltico.

El mar Báltico es una de las masas de agua más contaminadas de la Tierra. Los vertidos de nutrientes provocan la proliferación de algas, lo que agota el oxígeno y hace que el agua se vuelva turbia. La basura urbana y los productos químicos industriales terminan en el mar dañando los ecosistemas. La sobrepesca y el cambio climático añaden sus propios efectos a largo plazo. Especies como el bacalao del Báltico han colapsado sacudiendo la industria pesquera en toda la región.

En Estonia, Mari Sepp gestiona el proyecto CleanEST. Cofinanciado por el programa LIFE de la Unión Europea (UE), se centra en las masas de agua continentales, incluidos los ríos, que traen todo tipo de contaminación al mar.

"En los últimos 30 años, la contaminación por nutrientes en el mar Báltico se ha reducido aproximadamente en un 50%. El principal foco ha cambiado de los nutrientes a sustancias peligrosas, basura marina, residuos de fármacos, transporte y especies exóticas", señala Mari Sepp, directora de proyecto CleanEST. 

Residuos de la época soviética

El río Purtse está contaminado con productos químicos tóxicos de antiguas zonas industriales. Los terrenos de una fábrica de reparación de neumáticos de la época soviética estaban empapados de combustibles industriales. El proyecto CleanEST eliminó 14.000 metros cúbicos de suelo muy contaminado, deteniendo la propagación de la contaminación.

"El petróleo no se quedaría simplemente en el suelo, las sustancias seguirían esparciéndose en el agua potable, los ríos y el mar. El petróleo contiene químicos tóxicos y cancerígenos, y cuanto más permanece en el suelo, más se esparcen", cuenta Olav Ojala, asesor del Departamento de Agua, Ministerio de Medio Ambiente de Estonia.

Todas las masas de agua contaminadas deben mapearse y limpiarse para evitar una mayor contaminación del mar Báltico.

El río Erra fluye cerca de la costa báltica, en el noreste de Estonia. Su fondo está cubierto con brea de petróleo de hasta medio metro de espesor; será excavado próximamente.

"Vaya, realmente huele a petróleo", dice Vallo Kõrgmaa, especialista principal, Centro de Investigación Ambiental de Estonia.

Esa sustancia maloliente y pegajosa es un residuo industrial peligroso. En la época soviética, la industria que extraía y procesaba el esquisto bituminoso a menudo arrojaba desechos no tratados en zanjas y ríos. Hoy, capas de bitumen solidificado todavía cubren las riberas de los ríos.

"Nuestra investigación mostró que hay aproximadamente 40.000 metros cúbicos de esta sustancia en el río Erra. Se eliminará y se depositará en un vertedero de desechos peligrosos; ya no afectará al medio ambiente", explica Raimo Jaaksoo, director de proyecto, Departamento de Agua, Ministerio de Medio Ambiente de Estonia.

El ejemplo de Istmo de Curlandia

El Istmo de Curlandia es una península de dunas de arena fina que se extiende entre Lituania y Rusia. La frágil belleza de su naturaleza protegida es un poderoso símbolo de los esfuerzos internacionales de conservación en la región del Báltico.

En septiembre de 2020, la Unión Europea renovó su compromiso de restaurar la salud del mar. Una conferencia innovadora titulada Nuestro Báltico reunió a ministros, científicos, oenegés y partes interesadas de la industria. Fue organizada por el Comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius: 

"Por supuesto, solo ha pasado un año desde 'Nuestro Báltico'. Pero estoy muy orgulloso de que tuviéramos ese momento histórico en el que no solo se reunieron los ministros de Medio Ambiente _por lo general a quienes no hay que convencer sobre la crisis ambiental y sobre actuar_ lo que hay que hacer es convencer a los ministros responsables de otras carteras. Por eso me alegró mucho que los ministros de Agricultura y Pesca también se reunieran y firmamos una declaración conjunta. Y como prueba, tres semanas después tuvimos un consejo en Luxemburgo donde acordamos las capturas totales permitidas y cuotas para la región del Mar Báltico dentro del límite científico. Y eso fue un buen progreso. Seguimos trabajando. Seguimos implementando nuestra estrategia de biodiversidad, nuestra estragegia de la granja a la mesa, pero también tenemos proyectos importantes que abordan las fuentes de contaminación del mar Báltico que proceden directamente de los Estados miembros".

Un ejemplo es un gran astillero industrial en la ciudad de Klaipeda, al otro lado de la laguna del Istmo de Curlandia. Participa en otro proyecto financiado por la UE, llamado Fit for REACH, cuyo objetivo es reemplazar las sustancias químicas nocivas en los procesos de producción por alternativas más seguras. 

"Siempre es mejor concentrarse en la prevención que tratar de remediar los problemas cuando ya los has causado, cuando las sustancias químicas peligrosas ya están en los productos o se emiten al medio ambiente. Todos ganan: es bueno para el medio ambiente, para los clientes, para los trabajadores, y también para las empresas", asegura Jolita Kruopiene, investigadora en ingeniería ambiental, Universidad Tecnológica de Kaunas; consultora en el proyecto Fit for REACH.

"El mar Báltico sano y limpio"

Una planta que produce componentes metálicos para barcos ya ha reducido sus emisiones con tecnología de corte por plasma submarino. Ahora, con la ayuda del proyecto Fit for REACH, trata de eliminar un compuesto tóxico del aerosol que protege las piezas metálicas de la oxidación.

"Nuestra ubicación aquí en Klaipėda, tan cerca de la laguna de Curlandia, siempre nos recuerda lo importante que es mantener el mar Báltico sano y limpio; es nuestro hermoso patrimonio que debe preservarse. Y también nos preocupamos por la salud de nuestros trabajadores, por supuesto", afirma Tautvydas Ratkevičius, director de Vakarų Metalgama.

La contaminación de los fertilizantes agrícolas y las aguas residuales urbanas se puede minimizar de muchas formas. Europa ha desarrollado más de cien medidas diferentes y siguen surgiendo más ideas innovadoras.

Islas flotantes purificadoras

De vuelta a Estonia, en los estanques de la ciudad de Rakvere se está realizando un experimento para reducir la contaminación del agua. Al tiempo se ofrecen nuevos hábitats para la vida acuática y áreas de anidación para las aves.

Un especialista del proyecto CleanEST diseñó estas plataformas artificiales que ayudan a purificar el agua.

"Se llaman islas flotantes. Básicamente son una base sobre la que colocamos las mismas plantas que crecen en la orilla para que limpien el agua", explica Vallo Kõrgmaa, especialista principal, Centro de Investigación Ambiental de Estonia

Este método, conocido como fitorremediación, elimina algunos de los contaminantes del agua al ayudar al sistema de raíces de las plantas a actuar como un filtro natural.

"Las raíces de estos lirios producen un compuesto que facilita el crecimiento de bacterias beneficiosas. Nuestra esperanza es que estas bacterias capturen y neutralicen los nitratos, evacuándolos del agua a la atmósfera", añade Kõrgmaa.

Desde la limpieza de los ríos hasta la protección de los peces y la restauración de la biodiversidad, cada paso nos acerca a un mar Báltico puro y saludable.

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