Un nuevo estudio publicado en 'Scientific Reports' explica por qué la región mediterránea, y en particular Italia (devastada por episodios en 2023 y 2024), es extremadamente vulnerable a las inundaciones. Los investigadores identifican el efecto 'cul de sac' que intesifica las lluvias.
En mayo de 2023, unas inundaciones extremas devastaron la región italiana de Emilia-Romaña. Las inundaciones dejaron 17 muertos, desplazaron a miles y provocaron daños estimados en 8.500 millones de euros. Desde entonces, la región también ha sufrido otros episodios de inundaciones devastadoras.
Un nuevo estudio, publicado en 'Scientific Reports', analiza las condiciones que alimentaron las inundaciones en el Mediterráneo y lo que implican para futuros episodios extremos.
¿Qué provoca las inundaciones?
Las inundaciones suelen estar causadas por precipitaciones extremas. Y, a medida que el clima se calienta, se espera un aumento de los episodios de lluvias intensas, lo que dará lugar a más episodios de inundaciones frecuentes e intensas.
En Europa hay determinadas regiones más vulnerables a inundaciones relacionadas con el clima, como el Mediterráneo. Pero las inundaciones están condicionadas por múltiples factores, entre ellos la humedad del suelo, el uso del territorio y la sensibilidad de la escorrentía al nivel del mar. Y, como muestra el estudio, suele ser la confluencia de varios factores.
Los investigadores determinaron que las inundaciones extremas de 2023 en Italia no fueron fruto de un único episodio de precipitación extrema, sino del acumulado de lluvia durante varios días, favorecido por la topografía.
¿Qué es el efecto 'cul de sac'?
La región experimentó lo que los investigadores llaman efecto 'cul de sac'. Las montañas bloquearon la humedad procedente del mar Adriático, atrapando la lluvia en la zona. Un ciclón estacionario prolongó el temporal, provocando las inundaciones extremas, y poco frecuentes, observadas en 2023. El efecto 'cul de sac' probablemente también contribuyó a las inundaciones de 2024 que afectaron a la región.
A partir de esto, los investigadores creen que podrían producirse inundaciones igualmente extremas en áreas geográficas similares. "Nuestro análisis muestra que el tipo de ciclón persistente que provocó las inundaciones de 2023 y 2024 en Emilia-Romaña no es exclusivo de esta región", afirma Enrico Scoccimarro, primer autor del estudio y científico sénior en el Centro Euromediterráneo sobre Cambio Climático.
"Otros enclaves mediterráneos con una geografía similar podrían afrontar los mismos riesgos".
Los modelos futuros podrían mejorar la predicción de inundaciones
Con el cambio climático, es probable que estas inundaciones sean más frecuentes. Es importante estar preparados para estos episodios, diseñando sistemas de alerta temprana eficientes y precisos.
Por ello, los autores proponen una métrica de "persistencia de densidad ciclónica" que ayudaría a los meteorólogos a seguir ciclones capaces de provocar fenómenos meteorológicos extremos en regiones vulnerables.
"Este trabajo representa el primer paso de un plan a largo plazo para desarrollar sistemas de alerta temprana de inundaciones a escala estacional en el CMCC", señala Scoccimarro.
"Nuestro objetivo es superar las limitaciones actuales de los modelos numéricos más avanzados, mejorar la capacidad de prever directamente precipitaciones extremas y ayudar a las comunidades a prepararse mejor frente a las inundaciones".