La empresa promotora del proyecto promete "conciliar la producción de energía renovable con la valorización medioambiental del territorio". Sin embargo, organizaciones ecologistas y municipios se han manifestado en contra de la implantación del Parque Solar Fotovoltaico Sophia.
Un nuevo proyecto solar, que se instalará en el distrito portugués de Castelo Branco, suscita la oposición generalizada tanto de las organizaciones ecologistas como de los propios municipios. Se llama Parque Solar Fotovoltaico Sophia y, según la página web de la empresa promotora de la iniciativa, Lightsource bp, su objetivo es**"conciliar la producción de energía renovable con la valorización medioambiental del territorio** y beneficios duraderos para las comunidades locales".
Se prevé que el parque solar sea uno de los mayores del país, con un total de 867 MWp de potencia y, según Lightsource bp, supondrá una inversión de unos 590 millones de euros. La compañía estima que en el futuro podrá "abastecer a más de 370.000 hogares y evitar la emisión de unas 24.500 toneladas de CO₂ al año", con el fin de contribuir "a los objetivos del Plan Nacional de Energía y Clima 2030".
El proyecto, que abarcará los municipios de Fundão, Penamacor e Idanha-a-Nova, estuvo en fase de consulta pública hasta el 20 de noviembre, durante más de un mes, habiendo recibido más de 10.000 contribuciones. Fue la consulta pública más participativa de la historia, con críticas procedentes de diversos sectores, a pesar de que la empresa declaró públicamente que el proyecto "incluye un sólido conjunto de medidas de protección medioambiental y mejora del paisaje".
Así pues, ¿qué está previsto para el proyecto, qué impacto se espera que tenga el parque solar en la región y cómo está afrontando Lightsource bp toda la polémica?
¿Qué motivó la elección del emplazamiento y cuándo se espera que esté operativo?
"La elección de la ubicación para cualquier proyecto de energía renovable, ya sea solar o eólica, es la proximidad al punto de conexión a la red eléctrica". Así lo explica Lightsource bp en un comunicado enviado a 'Euronews'. "En el caso del parque solar de Sophia, el punto de conexión es la subestación de Fundão de REN, vinculada a través de un Acuerdo de Reserva de Capacidad (TRC)", y el área seleccionada para su implantación resultó de un "análisis técnico ambiental que confirmó que esta opción es la que tiene menor impacto en un radio de 30 kilómetros alrededor de la subestación de Fundão".
La empresa afirma también que, para elaborar el estudio preliminar "que fue sometido a consulta pública", se llevó a cabo "un trabajo exhaustivo de recogida de información medioambiental que refleja un proyecto que lleva seis años en desarrollo". Por el momento, afirma Lightsource bp, "el proyecto Sophia se encuentra en la fase inicial de concesión de licencias, con una puesta en servicio prevista para 2030".
Qué dice el Estudio de Impacto Ambiental
El documento, fechado en septiembre de 2025, detalla, entre otros muchos puntos, que esta planta solar "constará de 1.365.588 módulos fotovoltaicos, que ocuparán una superficie total, sectorizada, de unas 390 hectáreas". El Estudio de Impacto Ambiental también destaca que el "modelo seleccionado", en este caso para convertir la energía solar en electricidad, presenta las "ventajas" de una alta "eficiencia", "fiabilidad" y "rendimiento energético".
Además, el análisis indica que la propuesta "no abarca zonas de la Red Nacional de Espacios Protegidos ni de la Red Natura 2000", destinadas a garantizar la protección de espacios naturales reconocidos y la conservación de la biodiversidad, respectivamente. A pesar de que "la zona donde se ubica" se solapa con "el Geoparque Mundial UNESCO Naturtejo, reconocido por el Programa Internacional de Geociencias y Geoparques de la UNESCO".
Otra de las principales conclusiones es que la fase de construcción del parque solar es "el periodo más crítico en términos de impactos negativos, particularmente en los descriptores de uso del suelo, flora, vegetación, hábitats, fauna y paisaje". Incluso advierte de que los mayores riesgos están asociados a "la deforestación, la apertura de carreteras y la construcción de la subestación" para la propia central. Se afirma, sin embargo, que durante esta misma fase de construcción, "las comunidades vegetales afectadas por la ejecución de los proyectos son predominantemente de bajo valor de conservación y/o ecológico". Aunque se reconoce que será necesario "talar o afectar a encinas o alcornoques aislados", 1.120 y 421 de cada uno, respectivamente.
En cuanto a la fauna, "durante la fase de construcción se prevén diversas actuaciones que podrían dar lugar a efectos negativos sobre los distintos grupos faunísticos". Entre otros muchos puntos dignos de consideración en este análisis, se recuerda que la implantación de la central "dará lugar a impactos paisajísticos" en un emplazamiento próximo a "tres aldeas históricas, a saber, Castelo Novo, Idanha-A-Velha y Monsanto".
También se subraya, a nivel "patrimonial", que la fase de construcción "implica una serie de intervenciones y obras que potencialmente generan impactos generalmente negativos, definitivos e irreversibles". Pero también la existencia de "un importantísimo y significativo impacto económico" a través del "arrendamiento de los terrenos" por un periodo de "40 años", pero también "una inversión de unos 590 millones de euros, fundamentalmente a través de la captación de capital externo". También concluye que "el diseño del proyecto garantizó que los paneles fotovoltaicos no se colocaran en terrenos agrícolas de la RAN (Reserva Agraria Nacional)", que, por sus características, son más aptos para la actividad agraria. Y que "además de las reuniones mantenidas con los municipios y la (red) de Aldeas Históricas, también se celebraron reuniones sectoriales y de trabajo con la APA (Agencia Portuguesa de Medio Ambiente) y el ICNF (Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques), en una fase temprana de desarrollo, para presentar y debatir el proyecto".
¿Cuáles son las consecuencias estimadas para los territorios?
En un comunicado, la Mancomunidad Intermunicipal de la Beira Baixa, que engloba a los tres municipios donde se ubicará la central**,** expresó una "posición desfavorable" al proyecto, ya que tendría "enormes impactos sobre la comunidad y el territorio de la Beira Baixa". Que, recuerda, también es "reconocido por albergar Aldeas Históricas, Aldeas de Pizarra y un vasto patrimonio histórico, material e inmaterial".
Entre las principales críticas al proyecto destacan: la "significativa y continua extensión del área que se pretende artificializar", lo que supondría una "innegable degradación del paisaje"; los "impactos no despreciables sobre las áreas de conservación y producción cubiertas, los hábitats y las especies de fauna y flora protegidas"; y las "consecuencias perjudiciales, dada la escala de la instalación, sobre otros usos del territorio, comprometiendo el desarrollo asociado al turismo y a los métodos de producción tradicionales y ecológicos". En declaraciones a 'Euronews', João Lobo, alcalde de Proença-a-Nova y presidente de la Mancomunidad Intermunicipal de la Beira Baixa, detalló la preocupación de los distintos municipios que integran esta mancomunidad por el "impacto visual" que este proyecto tendrá "en el paisaje".
"Todos estamos centrados en lo que tiene que ver con la transición energética y la condición de que también tengamos parques solares", explica. Sin embargo, señala que estos parques solares deben ser "evaluados" para que se instalen en "lugares que no afecten a lo que tenemos como mayor valor, en cuanto al paisaje (...), la biodiversidad, la geodiversidad, los espacios forestales e incluso la agricultura", y critica también el "tamaño" previsto para el parque solar. El presidente de la Mancomunidad Intermunicipal de Beira Baixa estima que los impactos podrían tener consecuencias en el atractivo de la región para los visitantes y, lógicamente, en términos turísticos. "Sería un retroceso en relación con los años que estos territorios llevan traduciendo la importancia y el valor de estos espacios (...) si, hipotéticamente, este parque saliera adelante tal y como se ha dimensionado", argumenta.
Para el alcalde de Proença-a-Nova, el daño sería irreparable: "Cuando tengamos una zona cubierta por la central (solar), no se podrá utilizar y, además, esa zona no será sustituida por otra. (...) Una situación diferente es, como en este caso, cuando una población arbórea de una determinada especie puede ser reubicada, replantada o introducida en otro espacio", subrayó. João Lobo concluye afirmando que "ciertamente hay espacio para las plantas fotovoltaicas", y que los municipios entienden, "desde el punto de vista de las empresas", la necesidad de invertir en proyectos de esta envergadura "para que el proceso sea económicamente ventajoso", pero advierte que es necesario "tener sentido común". Y concluye: "Hay que combinar esta transición energética, la construcción de parques solares (...), pero no a costa de quitar monumentalidad a la naturaleza y al paisaje, que es un bien público del que todos disfrutamos".
Con respecto a estas preocupaciones expresadas por la población local, aquí en voz de los municipios, la empresa asegura que pretende "garantizar" que los "beneficios" derivados de la iniciativa "se materialicen sobre el terreno y que el proyecto deje un legado positivo en el territorio". Y añade: "El proyecto Sophia será también un motor de desarrollo local, ya que el valor añadido se compartirá con la comunidad".
Y aunque en el citado Estudio de Impacto Ambiental se afirma que se celebraron reuniones con los municipios "en una fase temprana del desarrollo, para presentar y discutir el proyecto", el alcalde João Lobo también señaló que Lightsource bp no se esforzó lo suficiente en esta tarea. "Este proceso tuvo un mal comienzo desde el punto de vista de contactar con las entidades, con la población, promover sus preocupaciones iniciales y después intentar llevar a cabo realmente la operación", elabora el presidente de la Mancomunidad Intermunicipal Beira Baixa, acusando a la empresa de falta de "asertividad" a este nivel a la hora de "estructurar" la iniciativa.
Aún así, hace hincapié en recordar que "cualquier autoridad local está siempre abierta a la inversión en su territorio", expresando su total disposición a "escuchar" a cualquiera que quiera desarrollar iniciativas que puedan beneficiar a las comunidades locales. Las acusaciones, sin embargo, son refutadas por Lightsource bp. "El proyecto se está desarrollando con pleno respeto a las comunidades e instituciones locales. A lo largo de los años, se han mantenido contactos con los ayuntamientos y las juntas parroquiales de la zona cubierta por el proyecto", asegura la empresa a 'Euronews'.
La empresa sostiene también que "el equipo del proyecto ya se ha puesto en contacto con una treintena de entidades públicas y privadas, incluidas autoridades locales y sectoriales, para garantizar que el proyecto Sophia evolucione de forma transparente, rigurosa y alineada con la comunidad".
¿Y el medio ambiente?
En cuanto a los impactos estimados sobre los ecosistemas, Lightsource bp aseguró a 'Euronews' que el "proyecto incluye un sólido conjunto de medidas de protección medioambiental y mejora del paisaje". Entre ellas, destacó "la preservación al 100% de todos los alcornoques y encinas en rodales o núcleos de alto valor ecológico , la preservación al 100% de todos los suelos de la Reserva Nacional Agraria, los dispositivos de protección de aves y la protección y gestión de los hábitats de ribera". La empresa también se compromete, según consta en el propio Estudio de Impacto Ambiental, a "convertir 135 hectáreas de eucaliptos en masas de alcornoques y encinas". Detalla a continuación que prevé "plantar alrededor de 27.000 de estos árboles autóctonos", pero también "rehabilitar ecológicamente las zonas degradadas".
Lightsource bp justifica asimismo que la "intervención garantizará también un aumento de la resiliencia del territorio frente a los incendios rurales y una mejora de la conectividad ecológica entre hábitats naturales". Esto se debe a que el proyecto, según la empresa, también incluye un "Plan de Estructuración Verde de 228 hectáreas", también mencionado en el Estudio de Impacto Ambiental, que "refuerza la capacidad del territorio para retener carbono" mediante, en particular, la conversión del "bosque de eucaliptos en bosques de alcornoques y encinas".
Pero a pesar de estas garantías, Ricardo Filipe, miembro de la asociación Zero y responsable del seguimiento de la cuestión de las energías renovables, declaró a 'Euronews' que la tala prevista de "bosques que no están en fase de maduración para convertirse en un hábitat prioritario", pero que "van en esa dirección". Como ejemplo, critica el Estudio de Impacto Ambiental realizado recientemente porque, en opinión de Cero, muestra "una devaluación muy grande de árboles que no están (clasificados como) protegidos", en referencia a la tala de "20 hectáreas de roble negro". "Como (estos ejemplares) no están protegidos", argumenta el análisis, "el impacto (de la tala) es insignificante", lamenta.
En cuanto a la "tala de árboles protegidos", Ricardo Filipe denuncia que afectará a "unos 1.500 alcornoques y encinas" que, sin embargo, no están "en zonas clasificadas", como menciona el Estudio de Impacto Ambiental. También denuncia, en este contexto, la "ocupación" de zonas de "Reserva Ecológica Nacional (REN) ", destinadas a proteger recursos naturales como el agua y el suelo, que suman "unas 30 hectáreas".
El experto de Zero consultado por 'Euronews' augura que también habrá consecuencias en términos de suelo, ya que, según sus cálculos, se dedicarán "1.060 hectáreas" a "colocar los paneles solares, incluidos los pasillos" entre ellos, que serán "deforestados y el suelo será despojado". En otras palabras, "se retirará la capa superficial del suelo", que corresponde a "al menos una capa de 10 centímetros".
Y continúa detallando lo que está en juego: "En la práctica, significa que vamos a tener 1.060 hectáreas de tierra 'despojada', y exponer esta cantidad de hectáreas a la erosión, a los fenómenos climáticos , en nuestra opinión, tiene un impacto brutal, también muy debido al tamaño de las 1.060 hectáreas", resume.
Ricardo Filipe también señala que, desde la perspectiva de la asociación a la que representa, "el propio tamaño" de la planta solar en cuestión, que abarcará en total "unas 1.700 hectáreas de superficie vallada", es un problema en sí mismo**.** "El trabajo se está haciendo mal, porque se está dando demasiado peso a los megacentros" en Portugal, a "proyectos con más de mil hectáreas", afirma. Y, en un momento en el que "las centrales surgen como setas", el ecologista critica la forma en la que todo esto se ha planificado a nivel nacional. Según él, "hay que hacer un estudio a escala nacional (...) para ver qué zonas tienen potencial energético, y (cruzar) esta información con los valores ecológicos y sociales". Todo ello con vistas a "detectar qué zonas son más favorables a las energías renovables, pero que no impliquen tantos conflictos sociales y medioambientales".
Estos comentarios se producen después de que varias asociaciones ecologistas hayan emitido comunicados de prensa en los últimos días anunciando su opinión desfavorable sobre la forma en que se está planificando el proyecto fotovoltaico Sophia. Es el caso, por ejemplo, de la asociación Zero, pero también de QUERCUS, FAPAS (Asociación Portuguesa para la Conservación de la Biodiversidad)y Rewilding Portugal, entre otras, que, además de advertir de los impactos ambientales inherentes a la propuesta, han destacado las consecuencias que podría tener a nivel social.
La nota divulgada por la asociación Zero, por ejemplo, critica el desarrollo de proyectos, como se considera que es el caso, "que son la antítesis de la ordenación del territorio" y en los que "no hay reparto de beneficios con las poblaciones locales y se devalúan los efectos socioeconómicos y paisajísticos". En opinión de la organización, esto "podría socavar gravemente los objetivos de neutralidad climática fijados para las próximas décadas". El comunicado añade que la "enorme contestación que se está generando en torno a este megaproyecto" podría "crear un entorno social desfavorable para la aceptación de las energías renovables en Portugal".
Lightsource bp garantiza su apertura para "mejorar el proyecto"
Ante toda la discusión pública surgida en torno a la planta solar fotovoltaica de Sophia, Lightsource bp asegura que, "para la elaboración del propio Proyecto de Ejecución", se propone "organizar sesiones informativas y participativas en la zona abarcada, con el objetivo de mejorar el proyecto", en una postura de "contacto permanente con las autoridades y comunidades locales".
La organización recuerda también que el "proyecto y su Evaluación de Impacto Ambiental se encuentran aún en una fase inicial de desarrollo", lo que permitirá "detallar y ajustar el proyecto en función de las recomendaciones de las entidades y las aportaciones de la consulta pública". Esta última, añadió, "representa" sólo "el primer paso de un largo y riguroso proceso medioambiental" que aún no ha concluido.
De hecho, explica Lightsource bp, la propuesta "se someterá de nuevo a consulta pública", por lo que se trata aún de un proceso en curso y, por tanto, existen varias oportunidades para que el proyecto sufra algunos ajustes.