Los problemas en la UE de un impuesto corporativo común

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Por Stefan GrobeAida Sanchez Alonso
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Biden ha propuesto crear impuesto corporativo común, algo que puede ser un problema para la UE.

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La propuesta del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para crear un impuesto corporativo común a nivel mundial no solo dañaría a paraísos fiscales como Panamá, sino que también podría crear una crisis dentro de la Unión Europea. Incluso entre los 27 Estados miembros existen enormes diferencias en los impuestos a las empresas. Por eso Biden quiere un enfoque común.

"Significa que las empresas no podrán ocultar sus ingresos en lugares como las Islas Caimán y las Bermudas o paraísos fiscales, y también eliminará las deducciones utilizadas por las corporaciones para deslocalizar trabajos y trasladar activos al extranjero. Deslocalizan los trabajos y entonces no tienen que pagar impuestos, en nada de lo que ganan ", aseguró Biden el pasado 7 de abril.

Tal y como se esperaba, las empresas estadounidenses han criticado la propuesta. Especialmente las empresas tecnológicas, que son las que más se benefician del sistema existente. Pero la propuesta ha sido aplaudida por el Fondo Monetario Internacional. "Estamos muy a favor de un impuesto corporativo mínimo a nivel mundial", declaraba la economista jefa de FMI, Gita Gopinath el 6 de abril.

Y por el Parlamento Europeo. "Estoy muy contenta por el anuncio del presidente Biden", apuntaba la eurodiputada de los Verdes,  Kira Marie Peter-Hansen.

La propuesta de Biden probablemente pondrá a prueba la solidaridad europea. Los países con impuestos altos como Francia, Alemania o Italia la apoyaron desde el principio. Pero, ¿qué pasa con los sospechosos habituales como Luxemburgo, los Países Bajos y, en particular, Irlanda, que atraen un volumen considerable de negocios gracias a sus bajos de impuestos?

"Si se llega a una guerra comercial por esto, puedo garantizarles que Estados Unidos apuntará a las exportaciones provenientes de los Estados miembros que se oponen a esta propuesta. Por lo tanto, serán las exportaciones irlandesas, holandesas a Estados Unidos las que será el objetivo específico de Estados Unidos para aplicar aranceles de represalia ", explica el investigador del German Marshall Fund, Jacob Kirkegaard.

La primera reacción de algunos países con impuestos bajos ha sido una tímida voluntad de cooperar. Pero las negociaciones pueden ser largas. "Tendrán que presionar mucho a Irlanda y Países Bajos para que se unan. ¿Y cómo lo harán? Bueno, es política. En el caso de Irlanda, estoy seguro de que le dirán al gobierno irlandés que debe alinearse con esta propuesta, de lo contrario, es posible que no obtenga el apoyo que desee en Irlanda del Norte y con la situación del Brexit. Habrá otros puntos sobre los que se pueda presionar a los Países Bajos ", prevé Kirkegaard.

Los irlandeses y los neerlandeses podrían perder su ventaja competitiva por los impuestos corporativos, pero una tasa impositiva común más elevada se traduciría en más dinero en las arcas públicas.

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