¿Por qué la UE mantiene relaciones fluidas con Taiwán pero no reconoce a la isla como Estado?

Bandera de la República de China o Taiwán
Bandera de la República de China o Taiwán Derechos de autor Vincent Thian/AP
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Por Jorge LiboreiroEuronews en español
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Repasamos la historia de esta isla boyante que se enfrenta a la República Popular China y solo es reconocida oficialmente por doce países y la Santa Sede.

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A ojos de la Unión Europea, Taiwán es una democracia próspera, un socio afín, una economía abierta, un destino atractivo para la inversión y un productor imbatible de tecnología punta.

Pero no un país.

A pesar de sus estrechos lazos y valores compartidos, la UE no considera a Taiwán una nación soberana e independiente.

¿A qué se debe?

Según el derecho internacional consuetudinario, un país debe cumplir cuatro criterios esenciales para alcanzar la condición de Estado: un territorio definido, una población asentada, un Gobierno en activo y la capacidad de entablar relaciones diplomáticas, lo que lleva al reconocimiento internacional.

En la práctica Taiwán cumple los tres primeros, pero se queda muy corto en el cuarto: la isla de casi veinticuatro millones de ciudadanos únicamente tiene relaciones diplomáticas oficiales con doce países, todos ellos de pequeño tamaño, y la Santa Sede.

Esta falta de apoyo se debe a la política de una sola China, un principio que reconoce a la República Popular China, gobernada por el Partido Comunista Chino, como el único y legítimo Gobierno del país bajo el nombre de China.

Orígenes históricos

Todo se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando la República de China tomó el control de Taiwán, una isla situada a 130 km del continente. Pero la República de China, gobernada por el partido Kuomintang, estaba plagada de luchas de poder.

Las cosas cambiaron completamente a finales de 1949, cuando el Partido Comunista, liderado por Mao Zedong, ganó una guerra civil que duró décadas y proclamó la creación de la República Popular China.

Derrotado, el Gobierno de la República de China, se retiró a Taiwán, junto a millones de soldados y civiles.

La situación creó, de hecho, dos entidades separadas a ambos lados del estrecho de Taiwán: La República Popular China, con base en el continente y apoyada por la Unión Soviética, y la República de China, con sede en Taiwán y apoyada por Estados Unidos.

Antes, sí, pero ahora, no

Al principio, Occidente consideró a la exiliada República de China como el legítimo representante del pueblo chino. Pero en la década de 1970, la diplomacia dio un giro y la República Popular China obtuvo el reconocimiento como único Gobierno legítimo de China.

Esto dio lugar a la política de una sola China, que hoy sigue la gran mayoría de la comunidad internacional, incluidas las instituciones de la Unión Europea y sus 27 Estados miembros. 

Tuit de la presidenta de Taiwán y el anuncio de un estrechamiento de lazos con Canadá.

Pero la UE mantiene relaciones informales con Taiwán y coopera en asuntos como derechos humanos, comercio, cambio climático y seguridad. Cuenta incluso con una "oficina económica y comercial" en Taipei, una especie de embajada de menor rango. 

En declaraciones a Euronews, un portavoz de la Comisión Europea comentaba: "En línea con la política de la UE de una sola China y la estrategia del Indo-Pacífico, la UE continuará comprometiéndose con Taiwán en áreas de interés común o mundial, sin ningún reconocimiento de la condición de Estado".

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