El nuevo Gobierno de Rumanía, presidido por el primer ministro Marcel Ciolacu, del Partido Socialdemócrata de izquierda, prestó juramento el lunes. Al nuevo Gobierno proeuropeo se le ha encomendado la tarea de proporcionar estabilidad y mantener la trayectoria proeuropea del país.
El nuevo gobierno de Ciolacu recibió 240 votos a favor, siete más de los 233 necesarios para que las mociones fueran aprobadas. Ocho ministerios estarán bajo el control del Partido Socialdemócrata (PSD), seis del Partido Nacional Liberal (PNL) y los dos restantes de la Alianza Democrática de los Húngaros de Rumanía.
Los nuevos miembros del gabinete rumano prestaron juramento el lunes ante el presidente en ejercicio, Klaus Iohannis. Iohannis dijo que había hablado con todos los miembros del nuevo gabinete, deseándoles éxito e instándoles a trabajar unidos por el pueblo de Rumanía.
Asimismo, Iohannis declaró que todos los ministros con los que había hablado habían expresado su interés por la continuación de la trayectoria proeuropea de Rumanía. El 1 de diciembre, el PSD de Ciolacu obtuvo aproximadamente el 22% de los votos en un ciclo electoral empañado por la polémica.
Las elecciones parlamentarias se celebraron entre la primera y la segunda vuelta de las presidenciales, en las que la derecha ganó terreno en el panorama político rumano. La Alianza para la Unión de los Rumanos, de extrema derecha, quedó segunda en la carrera parlamentaria, con algo más del 18% de los votos.
Los críticos consideran que la decisión de Iohannis de nombrar a Ciolacu para formar Gobierno es un intento táctico de dejar fuera a la extrema derecha. Desde entonces, el país se ha sumido en la inestabilidad política y Ciolacu entiende que la tarea que tiene por delante será difícil.
"No será un mandato fácil para el futuro Gobierno"
"No será un mandato fácil para el futuro Gobierno", dijo Ciolacu en una declaración el lunes. "Somos conscientes de que estamos inmersos en una profunda crisis política. También es una crisis de confianza, y esta coalición pretende recuperar la confianza de los ciudadanos, la confianza de la gente."
Las elecciones parlamentarias se celebraron poco después de las presidenciales, en las que el ultraderechista Calin Georgescu ganó la primera vuelta, en la que Ciolacu quedó tercero. El sorprendente triunfo de Georgescu sumió a Rumanía en la confusión al surgir acusaciones de violaciones electorales e injerencias rusas.
Días antes de la segunda vuelta presidencial del 8 de diciembre, el Tribunal Constitucional de Rumanía tomó la medida sin precedentes de anular la carrera presidencial. El presidente Iohannis, que anunció que permanecería en su cargo hasta la elección de un sucesor, espera que el nuevo Gobierno pueda poner fin a una prolongada crisis política en el país de la Unión Europea y la OTAN.