Más de 59 millones de ciudadanos de una gran nación que cuenta con 84 millones de habitantes eligen a los 630 miembros del Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento, que ocuparán sus escaños bajo la cúpula de cristal del emblemático edificio del Reichstag de Berlín.
El canciller de Alemania en funciones, Olaf Scholz, depositó su voto junto a su esposa, Britta Ernst, en Potsdam, en el marco de unas elecciones anticipadas cruciales para los alemanes.
Tras el colapso de su coalición de Gobierno el año pasado, el líder del Partido Socialdemócrata perdió una moción de confianza, lo que desencadenó unos comicios anticipados.
Scholz se enfrenta actualmente a la dura competencia del líder de la Unión Cristianodemócrata, Friedrich Merz. El gran favorito para ganar las elecciones acudió a votar en la municipalidad de Arnsberg, donde estrechó la mano de algunos ciudadanos que esperaban para depositar su voto. El domingo por la mañana, los principales candidatos, Merz y Scholz, votaron con pocos minutos de diferencia en distintos puntos del país.
Por otra parte, el candidato del Partido Verde, Robert Habeck, y la candidata de la formación de extrema derecha, Alternativa para Alemania, Alice Weidel, habían depositado su voto por correo antes de la fecha establecida para que se celebraran las elecciones.
Difíciles negociaciones para formar Gobierno
Más de 59 millones de ciudadanos de una gran nación que cuenta con 84 millones de habitantes eligen a los 630 miembros del Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento, que ocuparán sus escaños bajo la cúpula de cristal del emblemático edificio del Reichstag de Berlín.
El sistema electoral alemán rara vez produce mayorías absolutas, y ningún partido parece acercarse a ello en esta ocasión. Se espera que dos o más formaciones políticas formen una coalición tras unas negociaciones potencialmente difíciles que podrían durar varias semanas e incluso meses, antes de que el Bundestag elija al próximo canciller.
Según las encuestas más recientes, se espera que la CDU gane las elecciones, ya que lidera la carrera electoral con una proyección de alrededor del 30% de apoyo. Le sigue la AfD, que ha reaparecido de forma espectacular en la escena política alemana y se prevé que obtenga en torno al 20% de los votos. El SPD y Los Verdes van a la zaga, con Scholz en torno al 16% de los sufragios votos y el actual vicecanciller, Habeck, con alrededor del 13% del apoyo del electorado.
Las relaciones transatlánticas representan uno de los principales puntos de atención
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha representado uno de los principales puntos de atención en la campaña electoral, ya que su controvertida política exterior amenaza con alejar a Europa de la escena política mundial y romper el sistema internacional basado en unas normas establecidas.
Alemania desempeña un papel importante en la configuración de la respuesta de la Unión Europea a la amenaza que se cierne al otro lado del Atlántico, y los votantes alemanes quieren asegurarse de que la seguridad y el estatus de su país y del continente europeo no se vean mermados.
"Necesitamos una Unión Europea fuerte. De lo contrario, no podremos hacer frente a muchas nuevas potencias en un mundo de tantos miles de millones de personas", señaló Scholz en su mitin final de campaña.
El político alemán, cuya coalición de Gobierno se derrumbó dando lugar a estas elecciones anticipadas, afirma que el asunto más difícil al que se enfrenta Alemania en las próximas semanas y meses es la relación con Estados Unidos, especialmente en el ámbito comercial.
Desde que regresó a la Casa Blanca el mes pasado, Trump ha amenazado con aplicar aranceles a otros países, o ya los ha establecido. Recientemente también puso en marcha una política de "aranceles recíprocos", por la que Washington impondría tasas iguales a todos los países, aliados y adversarios, que graven los productos estadounidenses.
Las amenazas de Trump se han extendido a la UE. El presidente estadounidense sostiene que la relación entre Washington y Bruselas es "completamente injusta", ya que la UE importa menos productos de Estados Unidos de los que exporta a la nación norteamericana. Scholz indica que cualquier arancel que se les imponga daría lugar a contramedidas que infligirían igualmente cierto 'dolor económico' a Estados Unidos.
Scholz cerró su acto instando a los alemanes a votar a su partido, el SPD, para asegurarse un mandato fuerte y no "enfadarse después por cómo va todo". Por su parte, dirigiéndose a sus partidarios en Múnich, Merz señaló que estas elecciones serán las que atraigan más atención de la historia de Alemania.
"Habrá tantos periodistas de todo el mundo en Berlín como nunca antes ha ocurrido. Estas elecciones federales atraerán mucha atención, porque el mundo se preguntará más intensamente fuera de Europa y sobre todo dentro de Europa: ¿Qué hará Alemania?", declaró.
Merz afirma que, debido a los recientes acontecimientos geopolíticos, las elecciones alemanas han cobrado protagonismo y, por tanto, se espera una alta participación ciudadana. En un esfuerzo por aportar seguridad a los votantes, prometió ofrecer una "relación de Gobierno clara" y un cambio en la política.
El líder de la CDU también señaló que, si resulta elegido, hará de la recuperación del estatus de Alemania en la escena mundial una prioridad. "Espero un cambio de Gobierno, que el mundo vuelva a tomarnos en serio, que tengamos una seguridad y una justicia claras y, por tanto, no tengamos que movernos hacia la derecha", sugirió.
Protestas contra el ascenso de la ultraderecha
La noche anterior a las elecciones hubo protestas en algunas ciudades alemanas. Miles de manifestantes salieron a las calles de Erfurt para protestar contra el giro hacia la derecha, de la sociedad alemana. Según la Policía, unas 4.000 personas respondieron a la convocatoria de la alianza 'Auf die Plätze Erfurt' (En sus puestos, Erfurt).
Los manifestantes marcharon por el centro de la ciudad hasta llegar a la Domplatz, donde la AfD de Turingia celebraba su propio acto final de campaña electoral. Según la Policía, unas 1.100 personas acudieron a la manifestación de la AfD.
La alianza lleva varios años organizando protestas contra la extrema derecha en Erfurt. La Oficina Estatal para la Protección de la Constitución vigila a la AfD de Turingia, a la que califica de organización de extrema derecha declarada.
Protestas contra la inmigración
El sábado, unos 150 manifestantes de extrema derecha celebraron una protesta en Berlín, capital de Alemania. Exigían el fin de la actual política de inmigración del país. Se enfrentaron varias veces a contramanifestantes de izquierdas, que bloquearon la ruta de la marcha en los espacios públicos en los que pudieron hacerlo. Un gran contingente policial impidió que los dos bandos se enfrentasen físicamente.
Las encuestas apuntan a que los resultados de los comicios podrían deparar la mayor victoria de un partido de extrema derecha en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Las elecciones se celebran en medio de la preocupación por el estancamiento económico de la nación alemana, la presión migratoria y la incertidumbre en torno a Ucrania respecto a la UE y la Alianza Transatlántica.
Como la mayor economía del continente europeo y la nación más poblada de la UE, se espera que el liderazgo de Alemania dé forma a las respuestas a desafíos globales, incluida la tensión comercial con Estados Unidos.
Alemania es el país más poblado de la Unión Europea, formada por 27 naciones, y uno de los principales miembros de la OTAN. Es el segundo mayor proveedor de armas de Ucrania, después de Estados Unidos. Alemania será fundamental para dar forma a la respuesta del continente europeo a los desafíos de los próximos años, incluida la política exterior y comercial de confrontación de la Administración Trump.