Estos comicios podrían marcar un antes y un después en la historia de la isla ártica, que se enfrenta a las amenazas de Trump de apropiarse del territorio autónomo danés y un creciente deseo de la población de independizarse de Dinamarca.
Los groenlandeses acuden el martes a votar en unas elecciones que podrían ser clave para su futuro. La isla, un territorio semiautónomo danés desde 1979, se ha visto amenazada por las promesas del presidente estadounidense, Donald Trump, de "apropiarse" de isla, un acontecimiento que ha avivado de nuevo el debate sobre su independencia de Dinamarca.
Este martes, unos 41.000 ciudadanos con derecho a voto elegirán a 31 legisladores que intentarán navegar por la complicada situación geopolítica a la que se enfrenta la nación. El líder del Gobierno groenlandés, Múte B. Egede, subrayó el martes la importancia de los comicios al salir del colegio electoral en Nuuk.
"Ha sido una campaña electoral que, por supuesto, se ha visto lastrada por las tensiones geopolíticas y la presión sobre Groenlandia. Es un momento de lucha entre Groenlandia y Dinamarca, y en el que los daneses tienen que mirarse a los ojos y empezar a admitir algo", dijo en declaraciones a 'Danmarks Radio'.
Entre los votantes, el ambiente era festivo el martes en el único colegio electoral de la capital, Nuuk, cuando los trabajadores electorales abrieron las puertas entre vítores a las 11:00 (GMT). Las encuestas de opinión muestran que la mayoría de los groenlandeses están a favor de la independencia, aunque esta cuestión no se votará este martes.
Los groenlandeses no quieren formar parte de EE.UU.
Sin embargo, tampoco quieren unirse a Estados Unidos. La mayoría dice que no les desagradan los estadounidenses, señalando las buenas relaciones que tienen con la base espacial local de Pituffik, la antigua base aérea de Thule, donde el personal militar estadounidense ha estado estacionado desde 1951. Pero los groenlandeses no muestran señales de querer convertirse en estadounidenses.
Un abrumador 85% de los groenlandeses no quieren que la isla pase a formar parte de Estados Unidos, según una encuesta publicada en enero. "La situación ha cambiado debido a Trump y al mundo", dijo a AP Doris Jensen, representante del partido socialdemócrata Siumut, quien dijo que siempre ha sido partidaria de la independencia. "Por eso, en nuestro partido hemos decidido que tenemos que hacerlo más rápido".
Los sondeos a pie de urna saldrán poco después del cierre de las urnas a las 22:00 (GMT) del martes, pero no serán certificados hasta dentro de varias semanas, ya que las papeletas electorales llegan a la capital desde asentamientos remotos en barco, avión y helicóptero.
¿Por qué Groenlandia es tan importante para Trump?
La región autónoma de Dinamarca alberga a 56.000 personas, la mayoría de origen indígena inuit, y ocupa una ubicación crucial en el Atlántico Norte, a medio camino entre Estados Unidos y Rusia. Sus minerales de tierras raras son primordiales para impulsar la economía mundial y 25 de los 34 minerales hallados en Groenlandia fueron identificados como "materias primas críticas" en un estudio de la Comisión Europea en 2023.
En los últimos años, la UE ha impulsado una mayor cooperación con la isla en materia de energía y tierras raras, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, visitó la isla el pasado mes de marzo para abrir una oficina de la UE en Nuuk. Sin embargo, el renovado interés de Trump en la región ha alarmado a Copenhague, que ha buscado el apoyo de sus socios de la UE y la OTAN.
Según el presidente estadounidense, Groenlandia es vital para Washington "por razones de seguridad nacional" y el mandatario de EE.UU. ha llegado a afirmar que se apropiaría de la isla "de una manera u otra". A diferencia de Dinamarca, la isla ártica no forma parte del bloque de los 27, pero goza de un estatuto especial con acceso a los fondos de la UE y libertad de circulación para los groenlandeses, considerados ciudadanos comunitarios.
Además, Groenlandia está amparada por la cláusula de defensa mutua que establecen los Tratados de la UE. Según el artículo 42.7, todos los Estados miembros tienen una "obligación de ayuda y asistencia" si otro Estado miembro es "víctima de una agresión armada en su territorio".