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Cómo dos espías rusos infiltraron Portugal con identidades falsas creadas en Brasil

El Presidente ruso Vladimir Putin preside una reunión del Consejo de Seguridad por videoconferencia en el Kremlin en Moscú, Rusia,
El Presidente ruso Vladimir Putin preside una reunión del Consejo de Seguridad por videoconferencia en el Kremlin en Moscú, Rusia, Derechos de autor  Pavel Byrkin, Sputnik, Kremlin Pool Photo via AP
Derechos de autor Pavel Byrkin, Sputnik, Kremlin Pool Photo via AP
Por Nuno Tiago Pinto
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El proceso duró años e incluyó una boda en Río de Janeiro, varias visitas al Consulado portugués, viajes a Lisboa y una declaración sospechosa atribuida a un ciudadano residente en Brasil.

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Crear una nueva identidad es quizá la mayor preocupación de los espías rusos que operan en la clandestinidad. Construida paso a paso, sin levantar sospechas y cuidando cada detalle, esta tapadera, conocida en los círculos rusos como "leyenda", es la que les permite integrarse y pasar desapercibidos en el entorno social en el que se les sitúe para cumplir una misión, sea cual sea.

Esto fue precisamente lo que hicieron durante años Vladímir Aleksandrovich Danilov y Yekaterina Leonidovna Danilova, la pareja de espías rusos que pasó por Portugal bajo los nombres de Manuel Francisco Steinbruck Pereira y Adriana Carolina Costa Silva Pereira, cuyas identidades fueron desveladas la semana pasada por el 'The New York Times'.

Primero construyeron una identidad brasileña y después una portuguesa. Y lo habrían logrado, de no ser porque la invasión rusa de Ucrania llevó a los servicios de Inteligencia occidentales a desmantelar las células de espionaje rusas.

El primer registro que hemos podido localizar de su presencia en Brasil, bajo sus nuevas identidades, data de febrero de 2016. Ese mes, Manuel Pereira (alias de Vladímir Danilov) creó la empresa MP Collection, con sede en un edificio de Barra da Tijuca, en Río de Janeiro, dedicada a la compraventa de antigüedades y objetos de segunda mano. En la misma dirección se registró más tarde una empresa de compraventa de obras de arte a nombre de Adriana Pereira.

Según los documentos consultados por 'Euronews' y 'Nascer do SOL', la construcción de su vida en pareja comenzó el 14 de abril de 2016. Aquella mañana, poco después de las 10:00, ambos entraron en la Oficina de Registro Civil número 12 de Río de Janeiro. Esperaron su turno, entregaron sus documentos de identidad y fueron conducidos a una sala donde se encontraba el juez Salete dos Santos Norte.

Él presentó documentos que lo identificaban como Manuel Francisco Steinbruck Pereira, nacido el 24 de noviembre de 1985, hijo de Ligia Steinbruck, de Río de Janeiro, y de un portugués, Camilo Pereira, de Vila Real. Ella mostró documentación que la identificaba como Adriana Carolina Silva Costa, nacida el 5 de junio de 1986, también en Río de Janeiro, hija de Juan Castro y Maria Paes.

Ante el juez, declararon que estaban allí por voluntad propia para contraer matrimonio. Al firmar los documentos, la mujer cambió de nombre: modificó el orden de sus apellidos y adoptó el del marido. Pasó a llamarse Adriana Carolina Costa Silva Pereira. A partir de entonces, la pareja residió en aquel edificio de Barra da Tijuca.

¿Cómo obtuvieron la nacionalidad portuguesa?

Tranvías eléctricos circulan por Lisboa el martes 29 de abril de 2025, un día después de un apagón nacional que paralizó tranvías, trenes y metros.
Tranvías eléctricos circulan por Lisboa el martes 29 de abril de 2025, un día después de un apagón nacional que paralizó tranvías, trenes y metros. Armando Franca/Copyright 2025 The AP. All rights reserved

Pasaría más de un año antes de que la pareja diera un paso más en la construcción de su identidad. El 23 de mayo de 2017, Manuel Pereira acudió al Consulado portugués en Río de Janeiro para registrarse y solicitar la nacionalidad portuguesa. Para ello, según el certificado de nacimiento obtenido por 'Euronews' y 'Nascer do SOL' de la Oficina del Registro Civil de Lisboa, presentó un documento obligatorio para adquirir la nacionalidad: la prueba de filiación cuando era menor de edad, cuya declaración se realizó ante un funcionario público. Es decir, se presentó un documento supuestamente firmado por Camilo Pereira en el que se reconocía legalmente la paternidad de Manuel Pereira.

Camilo Pereira, antiguo secretario judicial que emigró a Brasil hace muchos años, donde tuvo tres hijos, está actualmente jubilado y vive en Río de Janeiro. En los últimos días, 'Euronews' ha intentado ponerse en contacto con él por diversos medios para saber si alguna vez ha tenido contacto con los dos espías rusos. En su domicilio de Lisboa, su familia, uno de sus hijos y su nuera no quisieron hablar del caso. El periodista borró o bloqueó sus cuentas en las redes sociales después de que 'Euronews' y 'Nascer do SOL' se pusieran en contacto con él.

El certificado de nacimiento de Manuel Pereira debía presentarse en el Registro Civil Central de Lisboa el 23 de enero de 2018. Solo entonces el espía ruso pasó a la siguiente etapa del plan: obtener la nacionalidad portuguesa para su esposa. Según informaciones recogidas por 'Euronews' y 'Nascer do SOL', fue entonces cuando la pareja viajó a Portugal por primera vez. Llegaron a mediados de febrero y permanecieron hasta marzo, cuando regresaron a Brasil. El 26 de abril de ese año, poco más de dos años después de su boda, la pareja acudió de nuevo al Consulado portugués en Río de Janeiro, esta vez para registrar oficialmente su matrimonio.

Viajaron a Portugal por primera vez en octubre de 2018. Volvieron de nuevo en 2019, momento en el que Adriana Pereira ya era ciudadana portuguesa en virtud del artículo 3, apartado 1, de la Ley 37/81, que permite adquirir la nacionalidad portuguesa a los extranjeros casados desde hace más de tres años con un portugués. Según el semanario 'Expresso', ambos alquilaron un piso en la zona de Bonfim, en Oporto. Entraron y salieron varias veces de Portugal hasta que se desenmascararon sus identidades falsas.

Una célula de ilegales rusos en Brasil

El desmantelamiento de la célula de ilegales rusos en Brasil comenzó cuando uno de estos espías fue desenmascarado por las autoridades estadounidenses cuando se disponía a ocupar un puesto de becario en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Alertados por sus homólogos estadounidenses, los servicios de Inteligencia neerlandeses le impidieron entrar en el país y le enviaron de vuelta a Brasil, donde fue detenido por falsificación de documentos.

Se trataba de Sergey Cherkasov, un oficial de los servicios de Inteligencia rusos que viajaba bajo el nombre de Viktor Muller Ferreira y que, al igual que Manuel Pereira, tenía un padre portugués en sus documentos de identidad. A su regreso a Brasil, fue detenido y condenado a 15 años de prisión.

Fue su detención la que alertó a la Policía Federal de la posibilidad de que hubiera más ilegales en Brasil. Según 'The New York Times', así fue cómo se descubrió a los ocho miembros restantes de la red. Sin embargo, 'Euronews' entiende que no fueron las autoridades brasileñas las que informaron al Servicio de Inteligencia de Seguridad de la presencia de la pareja rusa en Portugal en el verano de 2022.

En aquel momento, tras identificarlos, el SIS informó a su homólogo ruso de que los dos ilegales habían sido revelados. Después, informó al Instituto de Registros y Notariado, que anuló los documentos de identificación y abrió una investigación sobre cómo se había obtenido la nacionalidad.

Esta información se incluyó en los respectivos certificados de nacimiento. Sin embargo, el proceso aún no ha finalizado. "Cuando hay una decisión, hay que registrarla. Si se concluye que el proceso es nulo porque era falso, se registra la anulación. Si se concluye que todo estaba bien con la sede, se anula el proceso", explica un registrador que pidió no ser identificado debido a lo delicado del tema. 'Euronews' y 'Nascer do SOL' preguntaron al IRN sobre el estado de los expedientes, pero no obtuvieron respuesta.

No es la primera vez que los servicios de Inteligencia rusos utilizan o intentan utilizar los datos de identificación de los portugueses. Una de las funciones de los espías colocados de incógnito en las embajadas rusas de todo el mundo es recabar información sobre la forma en que los distintos países registran y almacenan los datos personales. También pueden intentar obtener ilegalmente o falsificar documentos cuya información pueda ser rastreada hasta personas reales, vivas o muertas, o individuos que sólo existen sobre el papel.

Esto es lo que ocurrió en Lisboa en 2013. Un funcionario de la Embajada rusa empezó a viajar con frecuencia a la Oficina Central de Registro (OCR) de Lisboa para entrevistarse con el mismo funcionario, con el que se reunía durante largos periodos de tiempo. El entonces director del IRN, António Figueiredo, alertó al SIS, que envió un equipo para investigar el asunto. La visita de los espías acabó siendo captada por los equipos de vigilancia de la PJ que trabajaban entonces con los visados oro y causó polémica, ya que el juez Carlos Alexandre no creyó las justificaciones dadas por António Figueiredo para la presencia de los agentes de Inteligencia.

Tras estos episodios, el SIS organizó una formación para decenas de conservadores con el fin de advertirles del valor de la información almacenada en el IRN para potencias extranjeras.

Fuentes adicionales • PARCERIA JORNAL NASCER DO SOL

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