Soluciones para erradicar el caracol manzana, una plaga en los arrozales

Soluciones para erradicar el caracol manzana, una plaga en los arrozales
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Por Denis Loctier
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Lenta pero sin pausa, una amenaza creciente destruye los arrozales. Las pérdidas causadas por los estragos del caracol manzana se evalúan en miles de millones de euros al año. Los científicos intentan hacer frente al problema de una manera sencilla y respetuosa con el medio ambiente.

El Delta del Ebro y sus inmensos arrozales: cada año se cultivan aquí más de 90 mil toneladas de arroz catalán. La demanda mundial está aumentando, pero las amenazan que pesan sobre este cultivo también se expanden. Van desde el cambio climático; hasta las infestaciones de plagas, como la del caracol manzana. ¿Cómo proteger el arroz europeo de la amenaza que se cierne sobre él?

Miguel Ángel Vivas, gerente de la cooperativa arrocera Cámara asume que el problema no cuenta con una solución rápida. “Lo que tenemos que conseguir es que avance lo más lentamente posible. Es una plaga que será difícil de erradicar, que tendremos que convivir con ella seguramente, pero hemos de poner los medios suficientes para que no avance”, comenta.

Esta especie: el caracol manzana procede de Suramérica y empezó a infestar el delta del Ebro en 2009. Se han invertido ya millones de euros en erradicar esta especie exótica, nefasta para el cultivo del arroz. Se colocaron por ejemplo filtros y barreras de todo tipo, pero hasta ahora ninguna medida ha sido eficaz. El caracol manzana destruye los brotes más jóvenes depositando sus huevos. El tallo se pudre. Cada caracol puede destruir un metro cuadrado del arrozal en una noche y se reproducen muy rapidamente, porque ningún depredador local les ataca.

Los investigadores trabajan codo con codo con los payeses, desesperados por encontrar una solución. Los plaguicidas perjudicarían al marisco de esta zona costera. Pero precisamente hay un producto químico más seguro para acabar con estos caracoles: el agua de mar. Maria del Mar Catalá Forner, agrónoma del Instituto de Investigación Tecnológica Agroalimentaria, especialista en arroz, explica que "en función de las características de la parcela, puede ser mejor aplicar una estrategia que otra. En el caso, por ejemplo, de determinadas zonas, puede ser más económico, más eficiente y medioambientalmente más sostenible el uso, por ejemplo del agua salina, de la inundación con agua del mar.”

La sal mata a estos caracoles pero también daña al arroz local. Además con el cambio climático ha aumentado la salinidad del suelo en muchas regiones, provocando que los arrozales sean menos productivos.

Para erradicar ambos problemas, los biólogos trabajan en la elaboración de un arroz resistente a la sal.

Camilo López Cristoffanini, Fisiólogo vegetal de la Universidad de Barcelona nos recibe en el invernadero donde se están realizando los tests. Están trabajando, explica, con “un cruce entre una variedad asiática y una variedad española de calidad. Podemos ver: que en el híbrido todos los granos son de color marrón, café; que son maduros; que las plantas son productivas y que se podrían vender ya, y procesar. Entonces, lo que necesitamos demostrar es que podemos transferir la tolerancia a la salinidad en las líneas españolas, para que tengan la resistencia y a la vez mantengan la misma productividad que tiene en el campo que la línea asiática.”

En ese invernadero experimental, los investigadores del proyecto europeo de investigación NEURICE polinizan artificialmente una variedad con polen de otra, para crear un híbrido. Esos brotes híbridos se cultivan en agua salada y se estudia su productividad. López Cristoffanini, muestra unas plantas obtenidas mediante el "cruce entre la línea asiática y la europea. Éstas sí toleran la salinidad. Por lo tanto, estas líneas son muy interesantes porque van a mantener la productividad que tiene la línea europea. Lo vamos a demostrar en los ensayos de campo; pero ya estamos demostrando que adquirieron esta tolerancia a la salinidad y que son interesantes para hacer frente al cambio climático."

Se están llevando a cabo experimentos paralelos en España, Francia e Italia que deberían proporcionar, a los agricultores de todos estos países, unas líneas de arroz óptimas y resistentes a la sal.

En el Delta del Ebro, los investigadores usan sensores inalámbricos que miden constantemente la salinidad del agua para asegurarse que los resultados son correctos. Xavier Serrat, es biólogo y jefe de proyecto NEURICE. Destaca que "los problemas de salinización no sólo afectan al Delta del Ebro, afectan a toda la cuenca mediterránea, a toda Europa. De hecho, es un problema global, y en el caso del caracól manzana, la cuestión para el proyecto no es si va a llegar a Francia, o va a llegar a Italia. La cuestión es cuándo lo va a hacer. Porque si no hacemos nada para evitarlo, seguro que lo hará."

Fuentes adicionales • Aurora Vélez

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