Para llevar a cabo un análisis exhaustivo, es necesario traer la roca de vuelta a la Tierra, un proceso que probablemente no se producirá antes de la década de 2030.
El vehículo explorador Perseverance de la NASA ha hallado en una roca nuevos indicios de la posible existencia de vida microbiana en Marte.
Con unas dimensiones aproximadas de un metro por 0,6 metros, la roca ha sido apodada 'Cheyava falls', en honor a una cascada del Gran Cañón, y "contiene rasgos fascinantes que pueden ayudar a dilucidar si Marte albergó vida microscópica en un pasado remoto", según la NASA.
Las cataratas Cheyava se hallaron en la boca del cráter Jezero, que se cree que fue un lago hace 3.500 millones de años.
"Hemos diseñado la ruta de Perseverance para asegurarnos de que va a zonas con potencial para obtener muestras científicas interesantes", declaró Nicola Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la sede central de la NASA en Washington.
Tres signos de vida biológica
Las vetas blanquecinas de sulfato cálcico que recorren las cataratas de Cheyava podrían indicar que una vez corrió agua por la roca. Entre esas vetas hay bandas de material rojizo en las que se han detectado compuestos orgánicos.
Perseverance hizo zoom en estas regiones rojizas utilizando su instrumento PIXL y captó diminutas manchas parecidas que contienen hierro y fosfato.
"Es una auténtica locura", afirmó David Arge Klevang, profesor asociado de la Universidad Tecnológica de Dinamarca (DTU), que colaboró en el desarrollo del instrumento PIXL. Según un comunicado de la DTU, estos tres elementos no se habían encontrado juntos antes en Marte.
"Durante la misión, hemos obtenido algunas mediciones bastante prometedoras, pero nada tan llamativo como esto. Es lo más cerca que hemos estado de una prueba tangible de que alguna vez hubo vida en Marte", añadió en un comunicado.
Los científicos afirman que este tipo de manchas en las rocas suelen ser señales de vida. Desde el descubrimiento de las cataratas Cheyava, se ha observado Marte desde "todos los ángulos imaginables", afirman los científicos.
Sin embargo, el descubrimiento de cristales de olivino, que se forman en la lava caliente, puede sugerir un origen no biológico de las manchas, según la investigación de la DTU.
"Científicamente, el Perseverance no tiene nada más que dar, asegura declaró Ken Farley, científico del proyecto Perseverance, del Instituto de Tecnología de California (Caltech).
"Para comprender plenamente lo que ocurrió realmente en ese valle fluvial marciano del cráter Jezero hace miles de millones de años, querríamos traer la muestra de las cataratas Cheyava a la Tierra, para poder estudiarla con los potentes instrumentos disponibles en los laboratorios", añade.
Según la DTU, es poco probable que esto ocurra antes de la década de 2030. "Si la piedra confirma que hubo vida en Marte, sabremos que hay vida en dos planetas de nuestro sistema solar. Eso nos da una comprensión completamente diferente de nosotros mismos", dijo Klevang.
La misión Marte 2020
La misión Marte 2020 de la NASA fue diseñada para investigar si el planeta rojo fue alguna vez habitable y encontrar signos de vida en él.
Perseverance cuenta con múltiples instrumentos, entre ellos 19 cámaras. Los dos más importantes para identificar bioseñales son PIXL, un espectrómetro de rayos X que mide las composiciones de las rocas a escala microscópica; y SHERLOC, que puede detectar minerales orgánicos.
La misión Perseverance ha estado recogiendo rocas que pueden haber sido creadas o modificadas hace mucho tiempo por la presencia de agua, necesaria para la vida. Las muestras de rocas se almacenan en tubos con la esperanza de enviarlas a la Tierra para su análisis en una futura misión.