Según la NASA, se trata de "la señal más clara hasta la fecha" de que alguna vez hubo vida en Marte, pero es necesario seguir investigando.
Los científicos han descubierto en Marte una actividad química que podría contener indicios de vida microscópica antigua. Sin embargo, insistieron en la necesidad de analizar en profundidad la muestra recogida por el vehículo Perseverance de la NASA, idealmente en laboratorios de la Tierra, antes de llegar a ninguna conclusión.
Aunque reconoció que el último análisis "ciertamente no es la respuesta final", el jefe de la misión científica de la NASA, Nicky Fox, explicó que es "lo más cerca que hemos estado de descubrir vida antigua en Marte".
El rover, que recorre Marte desde 2021, no puede detectar directamente la vida, pasada o presente. En su lugar, lleva un taladro para penetrar en las rocas y tubos para contener las muestras recogidas de los lugares considerados más adecuados para albergar vida hace miles de millones de años. Las muestras están a la espera de ser transportadas a la Tierra, un ambicioso plan que está en suspenso porque la NASA busca opciones más baratas y rápidas.
Prueba positiva de vida
Janice Bishop, del Instituto SETI, y Mario Parente, de la Universidad de Massachusetts Amherst, se apresuraron a señalar que los responsables podrían ser procesos no biológicos.
Esa es una de las razones por las que no podemos ir tan lejos como para decir: 'Aha, esto es una prueba positiva de vida'", comentó a The Associated Press el investigador principal, Joel Hurowitz, de la Universidad Stony Brook. "Todo lo que podemos decir es que una de las posibles explicaciones es la vida microbiana, pero podría haber otras formas de hacer este conjunto de características que vemos".
En cualquier caso, Hurowitz afirmó que se trata del mejor y más convincente candidato hasta la fecha en la búsqueda de posibles signos de vida en el pasado. Se trata de la 25 muestra recogida. Los resultados se publican en la revista 'Nature'.
"Sería increíble poder demostrar de forma concluyente que estos rasgos fueron formados por algo que estuvo vivo en otro planeta hace miles de millones de años, ¿verdad?", dijo Hurowitz. Pero incluso si no es así, se trata de "una valiosa lección sobre todas las formas en que la naturaleza puede conspirar para engañarnos".
Recogida el verano pasado, la muestra procede de unas fangolitas rojizas y ricas en arcilla del Neretva Vallis, un canal fluvial que antaño llevaba agua al cráter Jezero. Este afloramiento de roca sedimentaria, conocido como la formación Bright Angel, fue estudiado por los instrumentos científicos del Perseverance antes de que saliera el taladro.
Además de carbono orgánico, componente básico de la vida, Hurowitz y su equipo hallaron minúsculas motas, denominadas semillas de amapola y manchas de leopardo, enriquecidas con fosfato de hierro y sulfuro de hierro. En la Tierra, estos compuestos químicos son los subproductos de la descomposición de la materia orgánica por los microorganismos.
"No hay pruebas de la existencia de microbios en el Marte actual, pero si los hubiera en el Marte antiguo, también podrían haber reducido los minerales sulfatados para formar sulfuros en el lago del cráter Jezero", escribieron Bishop y Parente en un editorial adjunto.
Si bien carecemos de pruebas de vida actual en Marte, la NASA ha enviado naves espaciales al Planeta Rojo durante décadas en busca de entornos acuáticos del pasado que pudieran haber albergado vida en el pasado.
Cuando Perseverance se lanzó en 2020, la NASA esperaba que las muestras estuvieran de vuelta en la Tierra a principios de la década de 2030. Pero esa fecha se retrasó hasta la década de 2040, ya que los costes se elevaron a 11.000 millones de dólares (más de 9.400 millones de euros), lo que paralizó el esfuerzo de recuperación.
Según Hurowitz, hasta que las muestras no sean transportadas fuera de Marte por naves espaciales robotizadas o astronautas, los científicos tendrán que recurrir a sustitutos terrestres y a experimentos de laboratorio para evaluar la viabilidad de la antigua vida marciana.
El administrador en funciones de la NASA, Sean Duffy, argumentó que los presupuestos y el calendario dictarán la mejor manera de proceder, e incluso planteó la posibilidad de enviar equipos sofisticados a Marte para analizar las muestras en el planeta. "Todas las opciones están sobre la mesa", afirmó.
Diez de los tubos de muestras de titanio recogidos por Perseverance fueron colocados en la superficie marciana hace unos años como reserva del resto a bordo del rover, todo ello como parte de la aún difusa misión de retorno de la NASA.