Los óvulos creados por un equipo de científicos estadounidense no están listos para ayudar a concebir, pero abre una puerta para innovar en este ámbito.
Unos científicos estadounidenses han utilizado células de piel humana para crear óvulos fecundables: un paso más en la búsqueda de óvulos o espermatozoides producidos artificialmente en los laboratorios.
Pero el experimento dio lugar a anomalías en los cromosomas, lo que ha llevado al equipo de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón (OHSU) a advertir que podría hacer falta una década de investigación adicional antes de que una técnica de este tipo pudiera estar lista para ser probada en personas. El trabajo, publicado el martes en la revista 'Nature Communications', podría servir de aprendizaje a los científicos que intentan crear óvulos y espermatozoides en un laboratorio para personas infértiles o ayudar a las parejas del mismo sexo a tener hijos.
El equipo de la OHSU extrajo el núcleo de un óvulo humano y lo sustituyó por el núcleo de una célula de piel humana. Estas contienen dos juegos de cromosomas, y se supone que los óvulos y los espermatozoides sólo contienen un juego cada uno que se combina durante la fecundación. Por ello, los investigadores indujeron a las células similares a óvulos a desechar los cromosomas sobrantes, inyectaron esperma donado y pusieron en marcha el desarrollo posterior a la fecundación.
Alrededor del 9% de los embriones duró seis días en placas de laboratorio, alcanzando la fase de blastocisto del desarrollo embrionario temprano, antes de que se detuviera el experimento. El principal problema fue que los cromosomas presentaban varias anomalías.
"Hemos desarrollado una nueva división celular capaz de reducir el número de cromosomas", explica Shoukhrat Mitalipov, autor principal del estudio y director de terapia génica y celular embrionaria de la OHSU. "Pero aún no es suficiente para que los embriones o los óvulos sean genéticamente normales", añade. Mitalipov califica los resultados iniciales como una prueba conceptual y asegura que su equipo está trabajando en mejoras.
La comunidad científica ha reaccionado de forma diversa al intento. Dietrich Egli, investigador de células madre de la Universidad de Columbia, se muestra preocupado por las anomalías. Pero Eve Feinberg, quien está de acuerdo en que los problemas cromosómicos son críticos, declara lo siguiente: "Parece que este equipo descubrió cómo reducir el número, solo que no bien todavía. Pero es un paso importante y muy emocionante".