El grupo de expertos de la OMS no ha encontrado una respuesta definitiva a los orígenes de la pandemia COVID-19. La teoría de que se tratara de un accidente de laboratorio en China no tiene, sin embargo, pruebas suficientes.
Los científicos aún no están seguros de cómo empezó la pandemia de COVID-19, la peor emergencia sanitaria en un siglo. Esa fue la insatisfactoria conclusión a la que llegó en su informe final un grupo de expertos encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de investigar los orígenes de la pandemia.
Marietjie Venter, presidenta del grupo, declaró en una rueda de prensa que la mayoría de los datos científicos apoyan la hipótesis de que el nuevo coronavirus saltó a los humanos desde los animales.
Esa fue también la conclusión a la que llegó el primer grupo de expertos de la OMS que investigó los orígenes de la pandemia en 2021, cuando los científicos concluyeron que el virus probablemente se propagó de los murciélagos a los humanos, a través de otro animal intermediario. En ese momento, la OMS dijo que una filtración de laboratorio era "extremadamente improbable".
Es imposible confirmar si fue un accidente de laboratorio
Venter dijo que después de más de tres años de trabajo, el grupo de expertos de la OMS no pudo obtener los datos necesarios para evaluar si el COVID-19 fue o no el resultado de un accidente de laboratorio, a pesar de las repetidas solicitudes de cientos de secuencias genéticas e información de bioseguridad más detallada que se hicieron al Gobierno chino.
"Por lo tanto, esta hipótesis no pudo investigarse ni excluirse", afirmó. "Se consideró muy especulativa, basada en opiniones políticas y no respaldada por la ciencia". Según Venter, el grupo de 27 miembros no llegó a un consenso; uno de ellos dimitió a principios de esta semana y otros tres pidieron que se eliminaran sus nombres del informe.
Venter dijo que no había pruebas que demostraran que el COVID-19 había sido manipulado en un laboratorio, ni había indicios de que el virus se hubiera estado propagando antes de diciembre de 2019 en ningún lugar fuera de China.
Un informe sin pruebas concluyentes
"Hasta que se disponga de más datos científicos, los orígenes de cómo el SARS-CoV-2 entró en las poblaciones humanas seguirán sin ser concluyentes", dijo Venter, refiriéndose al nombre científico del virus COVID-19.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que es un "imperativo moral" determinar cómo se originó el COVID, señalando que el virus mató al menos a 20 millones de personas, hizo desaparecer al menos 10 billones de dólares (8,8 billones de euros) de la economía mundial y trastornó la vida de miles de millones de personas.
El año pasado, la agencia AP descubrió que el Gobierno chino bloqueó importantes esfuerzos nacionales e internacionales para rastrear los orígenes del virus en las primeras semanas del brote en 2020 y que la propia OMS podría haber perdido oportunidades tempranas para investigar cómo comenzó el COVID-19.
Trump los achaca sin pruebas a un accidente de laboratorio en China
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha achacado durante mucho tiempo la aparición del coronavirus a un accidente de laboratorio en China, mientras que un análisis de los servicios de inteligencia estadounidenses concluyó que no había pruebas suficientes para demostrar la teoría.
Las autoridades chinas han rechazado en repetidas ocasiones la idea de que la pandemia pudiera haber comenzado en un laboratorio, afirmando que la búsqueda de sus orígenes debería realizarse en otros países.
El pasado mes de septiembre, los investigadores se centraron en una pequeña lista de animales que creen que podrían haber transmitido la COVID-19 a los humanos, entre ellos mapache japonés, gatos de algalia y ratas de bambú.