Transmitida por las llamadas “chinches besuconas” o chinches del beso, la enfermedad de Chagas puede provocar serios trastornos cardiacos tanto en humanos como en perros. Sin embargo, en muchos casos avanza de forma silenciosa, con síntomas leves o inexistentes durante años.
Una enfermedad parasitaria potencialmente mortal asociada desde hace tiempo a América Latina también está presente en Estados Unidos, advierten los investigadores. La enfermedad de Chagas, transmitida por insectos hematófagos conocidos como 'chinches besuconas', puede causar problemas cardiacos devastadores en humanos y perros.
A menudo denominada infección "silenciosa", puede pasar desapercibida durante años porque la mayoría de las personas experimentan pocos o ningún síntoma al principio. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud calcula que mata a unas 10.000 personas al año y pone en peligro a 75 millones en todo el mundo.
Aunque puede causar síntomas agudos como hinchazón de las extremidades o de los ojos e incluso anafilaxia, sus efectos a largo plazo, de infartos o derrames cerebrales, suponen el mayor peligro.
¿Cómo se propaga la enfermedad?
Las 'chinches besuconas', que se alimentan de sangre como los mosquitos y las garrapatas, son fundamentales en la transmisión del Chagas. "No es una enfermedad que se transmita habitualmente de persona a persona, ni siquiera de animal a persona", explica la Dra. Sarah Hamer, epidemióloga veterinaria de la Universidad A&M de Texas. "Por eso la 'chinche besucona', ese insecto vector, es tan importante para la transmisión de esta enfermedad".
Los humanos suelen infectarse cuando una 'chinche besucona' defeca mientras se alimenta, permitiendo que el parásito de sus heces entre en el organismo. Los perros, en cambio, pueden contraer el parásito al comer los insectos.
Una enfermedad difícil de detectar
El parásito suele pasar desapercibido, dañando silenciosamente el organismo con el paso de los años. "Puede causar una cardiopatía bastante devastadora cuando el parásito penetra en el tejido cardiaco y altera la capacidad del corazón para funcionar como lo haría normalmente", afirma Hamer.
Sin embargo, la concienciación y las pruebas siguen siendo limitadas. "Ni la comunidad médica humana ni la veterinaria son muy conscientes de que se trata de una enfermedad que puede transmitirse localmente en Estados Unidos", subraya Hamer.
Aunque el Chagas es endémico en EE.UU., los expertos subrayan que el riesgo de infecciones adquiridas localmente parece menor que en Latinoamérica, en parte porque en EE.UU. las chinches besuconas tienden a permanecer al aire libre y no dentro de las casas.