La prohibición de vender alcohol por la tarde se remonta a 1972, cuando se aprobó para evitar que los funcionarios bebieran durante la jornada laboral.
Tailandia es uno de los destinos más desenfadados del mundo, un lugar al que siempre acuden mochileros, familias, jubilados y miembros del jet set para saltar de isla en isla, asistir a fiestas de luna llena en la playa, comer en puestos callejeros hasta altas horas y disfrutar de un ambiente célebremente relajado.
Pero bajo esa fama se esconde una política sorprendentemente estricta con el alcohol. Ahora, una de las restricciones más antiguas del país podría desaparecer.
Desde hace décadas, Tailandia prohíbe la venta de alcohol entre las 14:00 y las 17:00, una franja seca a mediodía que a menudo desconcierta y a veces atrapa a viajeros desprevenidos.
Eso podría cambiar pronto. Los comités nacionales de Política del Alcohol y de Control de Bebidas Alcohólicas han propuesto suprimir por completo la restricción.
Está en marcha una consulta pública de 15 días. Si sale adelante, la prohibición podría levantarse a principios de diciembre, pendiente de un anuncio formal de la oficina del primer ministro.
¿Por qué cambia ahora la ley?
Pese a la promesa de cielos soleados, el tirón de una de las grandes cocinas del mundo y el impulso de la 'White Lotus', la industria turística de Tailandia atraviesa dificultades.
Aunque el pronóstico para la temporada alta invernal es halagüeño, la Autoridad de Turismo de Tailandia advirtió en octubre que el país va camino de recibir solo 33,4 millones de visitantes en 2025, cerca de un 6% menos que el año pasado. Es el primer descenso anual en una década, al margen de la pandemia.
La perspectiva para 2026 apenas mejora.
Según el departamento de comunicación del Gobierno, Tailandia prevé unos 34 millones de llegadas internacionales el próximo año, pero las autoridades esperan que el gasto por viaje siga siendo bajo.
En un país donde el turismo sostiene desde los negocios de playa hasta la vida nocturna, las autoridades buscan a contrarreloj fórmulas para hacerlo más amigable para el visitante.
El viceprimer ministro Sophon Saram señaló que la medida pretende estimular el turismo y la actividad económica en periodos punta como Año Nuevo y Songkran, el festival acuático de abril de Tailandia que congrega a millones.
Y añadió que la lógica original de la prohibición ya no se sostiene.
"La prohibición de vender por la tarde se introdujo hace mucho para evitar que los funcionarios bebieran en horario de oficina. Pero esa época se acabó... así que la prohibición debería levantarse", dijo a los periodistas frente a la sede del Gobierno en Bangkok el 13 de noviembre.
Una ley con una historia que se repite
La relación de Tailandia con las normas sobre el alcohol es un poco como una cinta de Möbius, un bucle interminable de cambios y marchas atrás que acaba devolviendo al país al punto de partida.
La prohibición de 14:00 a 17:00 se remonta a 1972, y gobiernos sucesivos han alternado entre endurecer los controles y aligerarlos. Solo este mes, las autoridades reactivaron brevemente una norma que imponía multas de THB 10.000 (267€) a cualquiera que bebiera en bares o restaurantes durante el horario restringido, turistas desprevenidos incluidos.
Actualmente, la venta de alcohol está permitida de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 24:00. Los locales en las zonas de ocio nocturno designadas de las principales áreas turísticas pueden servir bebidas legalmente hasta las 4:00.
La propuesta de eliminar la prohibición forma parte de debates que podrían ampliar aún más los horarios de venta de alcohol, aunque las autoridades aún no han acordado hasta dónde deberían llegar estos cambios.
¿Qué significa para los viajeros?
Si la oficina del primer ministro lo aprueba, el cambio eliminaría una de las rarezas más desconcertantes de viajar por Tailandia, donde a menudo es imposible comprar una cerveza por la tarde pese a ver los bares llenos de vida.
Para un país adorado por su espontaneidad, desde ir de bar en bar por los bulliciosos barrios de Bangkok hasta las quedadas con nuevos amigos tras el atardecer en la playa, el cambio acercaría la norma a la realidad sobre el terreno.
Con un sector turístico estancado, Tailandia parece dispuesta a hacer lo que haga falta para mantener su estatus como uno de los destinos vacacionales más irresistibles del mundo.