El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quién recibió a su homólogo israelí en Budapest pese a la orden de detención global, ha anunciado recientemente que su país abandonará la Corte Penal Internacional.
Los jueces de la Corte Penal Internacional han iniciado un procedimiento de incumplimiento contra el Estado de Hungría después de que su Gobierno, encabezado por Viktor Orbán, recibiese a Benjamin Netanyahu en Budapest. Los hechos ocurrieron a pesar de su orden de detención de la Corte por crímenes de lesa humanidad en relación con el actual episodio de la guerra en la Franja de Gaza.
Se desconoce si la CPI pretende ejecutar el mismo procedimiento contra Estados Unidos, país que también recibió al primer ministro israelí tanto por parte de su poder Ejecutivo, representado por el Gobierno de Donald Trump, como del Legislativo, con una comparecencia de Netanyahu en la Cámara de Representantes.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, anunció durante su visita que Hungría abandonaría el tribunal, afirmando en una radio que la CPI "ya no es un tribunal imparcial, ni un tribunal de justicia, sino un tribunal político". El líder húngaro, considerado por sus críticos como un autócrata y un saboteador de la Comisión Europea en la toma de decisiones del bloque, defendió su decisión de no detener a Netanyahu.
"Firmamos un tratado internacional, pero nunca dimos todos los pasos que lo habrían hecho aplicable en Hungría", dijo Orbán, refiriéndose al hecho de que el Parlamento húngaro nunca promulgó el estatuto del tribunal en la legislación húngara. Los jueces de la CPI han rechazado anteriormente argumentos similares.
Días antes de su llegada, el presidente del órgano de supervisión del tribunal escribió al Gobierno de Hungría recordándole su "obligación específica de cumplir las peticiones del tribunal de detención y entrega". Un portavoz de la CPI ha declinado hacer comentarios sobre el procedimiento de incumplimiento.
La decisión de Hungría de abandonar la CPI, un proceso que tardará al menos un año en completarse, lo convertirá en el único país ajeno al tratado de los 27 miembros de la Unión Europea. De los 125 países firmantes, solamente Filipinas y Burundi se han retirado como pretende Hungría.
Es la tercera vez en el último año que el tribunal investiga a uno de sus Estados miembros por no detener a sospechosos. En febrero, los jueces pidieron a Italia que explicara por qué el país envió a casa en un avión militar italiano a un libio sospechoso de tortura y asesinato en lugar de entregarlo al tribunal.
En octubre, los jueces denunciaron a Mongolia ante la organización de supervisión del tribunal por no detener al presidente ruso, Vladímir Putin, cuando visitó Ulán Bator. Hungría tiene hasta el 23 de mayo para presentar pruebas en su defensa.