Mientras que las advertencias para Japón y Estados Unidos fueron levantadas más tarde, algunos países sudamericanos mantuvieron medidas de emergencia. Chile elevó su alerta al nivel más alto, lo que llevó a evacuaciones a lo largo de su extensa costa. Colombia ordenó el cierre de playas y detuvo el tráfico marítimo, mientras que Ecuador canceló las clases en la costa, incluidas las Islas Galápagos.
En Panamá, las áreas costeras permanecieron bajo vigilancia y se instó a los pescadores a permanecer en tierra. El terremoto, uno de los más fuertes jamás registrados, ocurrió a lo largo del “Anillo de Fuego” del Pacífico y causó múltiples réplicas fuertes.