En la Casa Blanca, los hijos pequeños de miembros del personal, acompañados por sus padres, llegaron disfrazados para recoger caramelos de Halloween del presidente Donald Trump y de la primera dama.
La pareja, que optó por no disfrazarse, saludó a las familias, posó para fotografías y firmó autógrafos ante la Casa Blanca decorada.
La celebración distendida coincidió con el regreso de Trump tras una semana de reuniones de alto nivel en Asia, incluidas conversaciones con el presidente chino Xi Jinping sobre comercio y aranceles.
 
     
     
     
     
             
             
             
             
             
             
             
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
 
 
