La tormenta Claudia provocó inundaciones generalizadas y daños en todo Portugal, y la autoridad de protección civil informó de más de 300 inundaciones y decenas de árboles caídos.
Lisboa y el valle del Tajo fueron los más afectados, con las calles anegadas de agua y barro.
Unos 20.000 clientes se quedaron sin suministro eléctrico en Lisboa, Santarém y Setúbal, y las reparaciones siguen en curso.
El fuerte oleaje obligó al cierre de 14 barras marítimas, mientras que el IPMA emitió avisos rojos por lluvias intensas en Santarém y Setúbal y alertas naranjas en Portalegre, Évora y Beja.