El ritual combina la fe católica con la santería afrocubana y atrae fieles de toda la isla los días 16 y 17 de diciembre.
San Lázaro, conocido también como Babalú Ayé o simplemente el Viejo, es venerado como protector de los enfermos y los pobres. Muchos peregrinos vestían de morado, el color asociado al santo. Algunos recorrieron largas distancias, otros se arrastraron o avanzaron de rodillas para cumplir promesas.
En medio de brotes de dengue y chikunguña y de una profunda crisis económica, las oraciones se centraron en la salud y la estabilidad.