Al menos 35 personas resultaron heridas en Zaporiyia, entre ellas cinco niños, después de que fueran alcanzados edificios residenciales, infraestructuras y un centro educativo. Se declararon incendios y los equipos de rescate trabajaron entre estructuras inestables.
Los combates también se intensificaron a lo largo del frente más amplio de Zaporiyia, donde las fuerzas rusas lanzaron asaltos cerca de Huliaipole y Orikhiv, pero no lograron avances confirmados. Los ataques con drones ucranianos trastocaron las maniobras en la estepa abierta.
Más al sur, Odesa seguía lidiando con el apagón más largo desde el inicio de la invasión a gran escala. Tras los ataques masivos del 13 de diciembre, cientos de miles se quedaron sin electricidad, calefacción y agua. Los generadores de emergencia mantuvieron en funcionamiento los servicios esenciales mientras las reparaciones continuaban bajo presión.