La policía bávara da caza a los traficantes de refugiados

La policía bávara da caza a los traficantes de refugiados
Por Hans von der Brelie
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Son las cuatro de la madrugada. Michael Emmer, de la brigada de investigación policial, da el alto a una furgoneta sospechosa. Estamos en el sur de Alemania, cerca de la frontera con Austria. Michael, en su coche de policía de incógnito, forma parte de un equipo especial contra el tráfico de personas. Recientemente detuvo al conductor de esta furgoneta.

Un nuevo equipo de protección de fronteras va a unirse a Michael en la lucha contra el tráfico organizado de seres humanos. El gobierno alemán ha contratado recientemente a unos 3.000 policías.

“Sin comida, ni agua, ni aire para respirar”

“Rescatamos a 39 personas hacinadas en esta furgoneta de carga, nos explica el inspector de policía Michael Emmer. Entre ellas había un niño pequeño y un bebé. Imagínense a toda esa gente apretujada y sin poder moverse. Es un desastre. Al menos tenían un poco de agua para el largo viaje, pero con frecuencia descubrimos situaciones en las que la gente viaja sin comida, ni agua, ni aire suficiente para respirar. Aquí por lo menos les entraba un poco de aire. Y tenían una apertura hacia la cabina del conductor. Los refugiados podían comunicarse con el pasafronteras. Hemos visto otro tipo de situaciones en las que tuvimos que llamar a una ambulancia al encontrarnos con que había personas con señales de asfixia y deshidratación, prácticamente inconscientes. “

Michael Emmer forma parte de la unidad especializada en la lucha contra el tráfico ilegal de seres humanos, refugiados que arriesgan su vida al ponerse en manos de los traficantes:http://es.euronews.com/2015/08/30/un-viaje-desde-la-muerte-hacia-la-muerte/. En el primer semestre de este año han sido detenidos más de 2.300 traficantes.

La interminable llegada de refugiados a Europa Occidental, a través de la llamada ruta de los Balcanes, cobró una trágica actualidad hace apenas unas semanas cuando fue descubierto en una autopista austriaca un camión frigorífico con 71 personas muertas, entre ellas cuatro niños.

Un crimen organizado y lucrativo que en ocasiones tiene el agravante de la tortura.

“Tenemos algunos testigos clave, pasafronteras que para reducir la pena confiesan lo que saben sobre quienes realmente manejan los hilos. Esta red de tráfico de personas dirige parte de sus beneficios hacia una organización mafiosa con sede en Hungría.”

Detenciones diarias en Baviera

Gerhard y Christian, del equipo de Michael, han parado una camioneta sospechosa procedente de Hungría para revisar su carga.

La mayoría de los inmigrantes cruzan la frontera desde Italia y Hungría para acceder a Austria y a Alemania. Este verano, la policía detuvo a una media de 15 traficantes cada día. Y la cifra se duplicó cuando Alemania introdujo controles fronterizos.

Passau es el destino de miles de refugiados. Este año Alemania tratará 800.000 solicitudes de asilo, cuatro veces más que en 2014. Y es a esta ciudad de 50.000 habitantes a donde también llegan los traficantes detenidos para ser juzgados.

Tenemos cita en la fiscalía con Ursula Raab-Gaudin quien investiga unos 350 casos de tráfico de personas:

“Todo aquel que introduce a personas sin documentos de identidad en el país corre el riesgo de ser encarcelado durante cinco años. La sentencia puede agravarse cuando se pone en riesgo la vida de esas personas durante el transporte. En ese caso la pena puede alcanzar hasta diez años de prisión. Si alguien muere durante un viaje de este tipo, la pena mínima es de tres años y puede alcanzar los 15 años de prisión.”

En la ciudad bávara de Passau confluyen tres ríos. Aquí, la llegada de refugiados ha aumentado de manera exponencial. Y con ellos, los pasafronteras que han sido detenidos. Según el abogado defensor Markus Ihle, estos son el último eslabón de la cadena del tráfico ilegal de seres humanos.

“Un cliente me pidió que tratara su caso despacio. Quiere quedarse en la cárcel durante el invierno, pues consiguió un trabajo con el que gana 170 euros al mes. Hace trampas para ratones, y gana más de lo que podría ganar en Rumanía, donde ni siquiera tiene casa. Los pasafronteras son sólo unos pobres diablos. Los que manejan los hilos y están haciendo fortuna son los grandes mafiosos del crimen organizado.”

Aquí la policía tiene confiscados cientos de vehículos que han pasado la frontera con refugiados. La mayor parte de los traficantes detenidos proceden de Hungría, Rumanía, Siria, Serbia o Bulgaria. Pero ¿cómo entran a formar parte de estas redes de tráfico ilegal de personas?

“Se organizan por teléfono, prosigue el abogado Markus Ihle. Un amigo de un amigo les da un número de teléfono, diciéndoles: ¿Hoy no tienes trabajo? Pues llama a este número. También suelen poner pequeños anuncios en los supermercados: ¿Busca trabajo? Llame aquí.”

Hoy en día, los líderes europeos se comprometen a hacer más para luchar contra el tráfico ilegal, no sólo en el Mediterráneo, sino también en las fronteras terrestres.

Unos 30.000 traficantes operan de manera activa en Europa

Poco después del amanecer, Michael y sus colegas organizan los controles de carreteras. Con sus coches de alta cilindrada detienen a una camioneta con matrícula francesa. Falsa alarma: todos los pasajeros tienen documentos válidos.

“Observamos con atención cada vehículo que pasa, señala Michael. Fijándonos en los guardabarros: cuando están muy bajos, casi rozando el asfalto, esto podría indicar una sobrecarga en el camión. Puede que lo conduzca un pasafronteras. Así que le hacemos el alto para controlar y comprobar el vehículo “.

Las autoridades europeas calculan que unos 30.000 traficantes están activos en toda Europa y se aprovechan de la desesperación de los refugiados.

En las afueras de Passau, la policía bávara ve un grupo de refugiados y les intercepta para un control de identidad.

Tarek y sus amigos dejaron atrás Siria cruzando el Mediterráneo a bordo de un barco que naufragó cerca de la orilla. Nadaron y lograron salvarse.

“Cada uno de nosotros tuvo que pagar unos dos mil euros para llegar a Grecia. Tuvimos quie pagar unos 1.000 euros en Turquía. Y después, nos pidieron otros 1.000 euros más para llegar hasta aquí.”

¿Hacia una coordinación internacional más eficaz?

Este día, el ministro bávaro del Interior, Joachim Herrmann, acaba de inaugurar una oficina de coordinación para agentes austríacos, húngaros y alemanes que van a luchar unidos contra el tráfico ilegal. Según él, Europa debe frenar el flujo de inmigrantes a través de una mejor colaboración internacional.

“Hungría está a cargo de la frontera exterior del espacio Schengen. Y realiza esta tarea con responsabilidad. Pues tiene la obligación de garantizar que no entre nadie de forma ilegal en el espacio Schengen. No es justo criticar a Hungría. Al mismo tiempo, Italia viola continuamente la legislación de la UE por incumplir los acuerdos de Schengen y Dublín.”

Michael vuelve otra noche a la carretera… Hace unos meses, los pasafronteras pedían unos 10.000 euros a cada refugiado de Irak y Siria en dirección a Alemania.

Cuando Berlín decidió abrir las fronteras por unos días, el precio a pagar bajó bruscamente. Pero esas “ofertas especiales” incluyen el riesgo de muerte.

“Sucedió aquí exactamente, nos recuerda Michael. Cuando el pasafronteras vio que le estábamos siguiendo pisó el freno y saltó con el coche en marcha. Los ocho inmigrantes que había dentro, entre ellos un bebé y un niño, iban dentro del vehículo sin conductor y por el carril rápido. El traficante saltó por encima de la barrera, cruzó los carriles opuestos de la carretera y huyó por el bosque. El conductor del camión que iba detrás pudo frenar de golpe y evitar el accidente. No quiero ni pensar en la tragedia que habría sucedido en caso de accidente.”

Esa vez la policía pudo detener al traficante. Uno entre tantos otros que prosiguen sus actividades sin escrúpulos.

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