Coches quemados y grandes barricadas. Ese fue el escenario que vivió este martes la localidad francesa de Moirans, en el sur de país Así respondía
Coches quemados y grandes barricadas. Ese fue el escenario que vivió este martes la localidad francesa de Moirans, en el sur de país
Así respondía una comunidad de nómadas de la zona a la negativa de las autoridades de permitir que dos reclusos pudieran asistir a las exequias de un familiar. El fallecido había muerto la madrugada del sábado cuando se salió de la carretera el coche robado en el que circulaba con otros jóvenes.
“Fue increíble, como si estuviéramos en plena guerra civil. Para un transeúnte como yo, esta situación es intolerable”, decía un vecino.
“Me quemaron el coche y estoy en el paro. Llevo buscando trabajo casi un año. No sé lo que voy a hacer ahora!”,decía otra mujer.
Uno de los hermanos del fallecido que también viajaba en el vehículo robado está internado en la cárcel de Aiton, y su demanda de liberación temporal había sido rechazada.
Para la madre, Adele Vinterstein, el asunto ha ido demasiado lejos:
“Creía que era la única solución para que la gente me escuchara, y al final, no había necesidad de llegar a este punto. No esperaba esto. Sólo pedí que dejaran salir a mi hijo de prisión con escolta o esposado, si fuese necesario, con tal de que pudiera asistir una hora al funeral de su hermano.”
El alcalde la localidad francesa se ha quejado de la tardanza con la que llegaron las fuerzas del orden y los magistrados han calificado lo ocurrido de “chantaje inadmisible.”