Muchos refugiados iraquíes están abandonando su sueño de empezar una nueva vida en Alemania y están volviendo a casa, a pesar de los riesgos. Algunos
Muchos refugiados iraquíes están abandonando su sueño de empezar una nueva vida en Alemania y están volviendo a casa, a pesar de los riesgos. Algunos porque no han logrado recibir asilo tras meses de espera. Otros porque dicen que no han sido bien tratados por las autoridades alemanas.
Es el caso de Heval Aram y su familia, que tardaron 12 días en llegar a Alemania.
“Meten a la gente en horribles campamentos sin espacio para dormir, bañarse o relajarse. No hay esperanza aquí en Alemania. Espero que nadie abandone su hogar para venir aquí”, señalaba Heval Aram antes de subir al avión.
Él y su familia regresan a Erbil, capital del Kurdistán iraquí, a donde hay un vuelo directo por semana desde Berlín, por 295 euros.
Para muchos refugiados que quieren regresar a sus países, pese a la guerra y la difícil situación, no es fácil reunir esa suma de dinero.
“Muchos ya se han ido. No tengo cifras, pero son muchos. Algunos han tenido que vender sus objetos de valor, por ejemplo en la joyería de al lado, para poder comprar un billete de vuelta a Erbil o Bagdad”, ha explicado Alla Hadrous, propietario de una agencia de viajes.
A pocos metros de allí se encuentra una de las oficinas de registro de Berlín para los solicitantes de asilo. Centenares de refugiados esperan su turno. Muchos llevan meses esperando una cita.