Cuando se denominó el actual gobierno italiano hace más de tres meses, fue considerado como un experimento, y uno al que vigilar de cerca sobre todo al tratarse de la primera vez que un partido populista se hacía con el poder en uno de los países fundadores de la Unión Europea.
PUBLICIDADCuando se denominó el actual gobierno italiano hace más de tres meses, fue considerado como un experimento. Y uno al que vigilar de cerca ya que se tratana de la primera vez que un partido populista se hacía con el poder en uno de los países fundadores de la Unión Europea.
Ahora el gobierno está formado por dos aliados incompatibles. Uno es el Movimiento antisistema 5 estrellas y el otro es el partido nacionalista de derechas que prometió medidas severas contra la inmigración ilegal.
El experimento mereció la pena, al menos para La Liga, el partido derechista de la alianza, porque iniciativas como cerrar los puertos a embarcaciones de ONGs con inmigrantes rescatados del mar Mediterráneo como el Aquarius, han incrementado masivamente la popularidad de ambos. La de Matteo Salvini, ministro del interior, y la de su partido, La Liga, el cual de acuerdo con algunas encuestas se ha convertido en el partido político más popular en Italia.
Quizá está dando un ejemplo al resto de Europa, a Suecia, Hungría, Austria, donde últimamente partidos anti inmigrantes y anti Unión Europea han ganado terreno de manera considerable.
Cuando Jean Claude Juncker se dirija el próximo miercoles al Parlamento europeo tendrá que proporcionar respuestas en cuanto a la inmigración y razones para que los escépticos sigan a favor de la unión.