El presidente de Estados Unidos trata de alcanzar un acuerdo con los demócratas, que se niegan a financiarlo, y de acabar con el cierre parcial de la Administración de Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, no renuncia a su muro en la frontera con México, pero anuncia que podría ser de acero y no de hormigón. Se trata un intento de alcanzar un acuerdo con los demócratas, que se niegan a financiarlo, y de acabar con el cierre parcial de la Administración de Estados Unidos.
"Va a construirse de acero. Será menos molesto y más fuerte y podremos usar nuestras grandes compañías para hacerlo. Así que vamos a hacer una barrera de acero y eso nos da una gran fuerza en la frontera", ha declarado Trump.
Trump está enzarzado en una disputa con los demócratas, con mayoría en la Cámara Baja, por la inclusión de una partida de más de 5.000 millones de dólares en el proyecto de presupuesto para financiar el muro. Los demócratas lo califican de "inmoral" e "ineficaz", y hasta ahora solo han permitido destinar 1.300 millones para la seguridad fronteriza, con restricciones que impiden la construcción de la valla. Trump amenaza con declarar una emergencia nacional "dependiendo de lo que suceda en los próximos días", para poder financiarlo.
El cierre parcial de la Admnistración estadounidense entra en su tercera semana. 800.000 funcionarios están privados de sueldo.