Aún hay cuatro desaparecidos tras el dramático deslizamiento de tierras de la semana pasada en la ciudad boliviana, que ha dejado a cientos de personas sin hogar
En la ciudad de La Paz, en Bolivia, se evaporan las esperanzas de encontrar alguien con vida tras el dramático deslizamiento de tierras de la semana pasada provocado por las lluvias.
Cuatro personas siguen desaparecidas. Las familias piden que se recuperen los cuerpos y denuncian que nadie les avisó del peligro.
"Nadie nos dijo, si nos hubieran dicho, hubiéramos desalojado -denuncia Roberta Cahuana, esposa de uno de los desaparecidos-. La Alcaldía dice que ya van a demoler allí las casas, pero yo no quiero que lo hagan, quiero que me den tiempo para encontrar a mi esposo", pide.
Al menos 160 viviendas resultaron afectadas, entre las destruidas y las que aún se mantienen en pie, pero con riesgo de colapsar en cualquier momento.
Los equipos de rescate siguen trabajando en una vasta zona en la que se mezclan los escombros y una masa negra y húmeda que pertenece a residios de un viejo basurero. Buscan a las víctimas, al tiempo que tratan de estabilizar el terreno.
Cientos de damnificados por una tragedia fruto del descontrol urbanístico
El desastre ha dejado más de 700 damnificados. Muchos de ellos han encontrado refugio en un gran campamento levantado en una cancha de deportes a poca distancia del lugar de la tragedia. Las autoridades han prometido un terreno para levantar en él nuevas viviendas.
Este deslizamiento ha puesto de relieve el grave problema en la ciudad boliviana debido a la expansión urbanística descontrolada por las montañas circundantes.