Aumentan las cifras del tráfico humano, cuyas principales víctimas son mujeres y niños.
Todavía en el siglo XXI, muchas de las personas que abandonan sus hogares en busca de una vida mejor, acabando encontrando un infierno del que es muy complicado salir. Este martes 30 de julio se celebra el Día Mundial contra la trata de personas, un delito que esclaviza y abusa de los colectivos más vulnerables. Según la ONU, el 35% de las víctimas son mujeres, en su mayoría trabajadoras sexuales.
A pesar del esfuerzo dedicado para acabar con esta lacra, las cifras no dejan de aumentar. Por eso, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres ha querido recordar la importancia de presionar a los Gobiernos para que persigan a los culpables y ha recalcado que el 30% de las personas que caen en las oscuras redes del tráfico humano son menores.
En zonas de conflicto, como Libia, la situación se complica aún más ante la presencia de grupos armados. Estos explotan y trafican con las personas refugiadas, que acaban siendo engañadas por quienes les hacen creer que acabarán con su desesperada situación personal. Sin embargo, la realidad es mucho más amarga.