Durante el confinamiento, los cuidadores suponen para muchas personas dependientes el acceso a la vida, más allá de las cuatro paredes que delimitan su libertad.
Durante el confinamiento, los cuidadores suponen para muchas personas dependientes el acceso a la vida, más allá de las cuatro paredes que delimitan su libertad.
"Son mi único vínculo con el mundo exterior. Hacen todas las tareas que yo no puedo hacer por mí misma. De la primera a la última", declara Joëlle Brusset.
Cécile y un equipo de enfermeras y limpiadores proporcionan cuidados esenciales a una persona de 62 años a la que se le ha diagnosticado un trastorno neurológico discapacitante y no puede caminar, lavarse o cocinar por sí misma. Pero desde hace un mes, el equipo de ayudantes también se ha convertido en una amenaza potencial para su salud. Y eso, apunta Cécile, ha sido lo más difícil de llevar.
"No tengo miedo de contraer el virus. Mi mayor temor es enfermar y no presentar síntomas y contagiar a alguien para quien el coronavirus podría ser mucho más grave", afirma Cécile Aime.
Cécile integra un equipo de 18 000 personas que conforman el mayor proveedor de cuidado y trabajo doméstico de Francia. Una misión que no siempre han podido llevar a cabo durante la pandemia.
"Ha habido casos desgarradores porque nos vimos obligados a dejar sin asistencia a personas, al no tener el material necesario. Entre proteger a mis empleados y acompañar a mis clientes, no tuve ninguna duda: yo opté por proteger a mis empleados. Y así, cuando no tenemos el equipo de protección necesario, informamos a la agencia regional de salud, informamos a las autoridades locales y les decimos que no podemos intervenir. Entonces, o nos facilitan el material necesario y podemos llevar a cabo nuestro trabajo, o no lo hacen y no intervenimos", señala Guillaume Richard, presidente ejecutivo de Ouicare.
"La pandemia de coronavirus ha matado a más de 240 000 personas en todo el mundo. Entre ellas, a muchos trabajadores de primera línea, como los cuidadores, que representan un salvavidas para las personas con discapacidad y los ancianos. A menudo trabajadores "invisibles", han sido redescubiertos como partes esenciales de la sociedad durante la crisis. La pregunta es si sus esfuerzos continuarán siendo valorados una vez que la pandemia haya desaparecido", concluye la corresponsal de Euronews en París, Anelise Borges.