La Unión Europea avanza con cautela ante la crisis bielorrusa

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Derechos de autor MTI/EPA/Taccjana Zenkovics
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Por Elena CavalloneAna Lazaro
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Los líderes europeos preparan sanciones contra personalidades bielorrusas, pero prefieren dejar la negociación en manos de la OSCE. El objetivo es evitar que se repita el guión de Ucrania.

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La Unión Europea ha dejado claro su rechazo al fraude electoral bielorruso y a la posterior represión de las protestas. Pero los líderes europeos avanzan con cautela porque saben que se mueven en un terreno minado.

Existen vínculos fuertes entre Minsk y Moscú, tanto a nivel político como económico. Y nadie quiere que se repita el guión de Ucrania. Incluso la oposición bielorrusa ha dicho ante la Eurocámara que la revolución no debe verse desde un punto de vista geopolítico.

Según los expertos, Bruselas debe actuar con mucha diplomacia. “La influencia de la UE en Bielorrusia es muy limitada, contrariamente a la de Rusia. Así pues, a corto plazo, la UE no tendrá mucha capacidad de influencia en lo que suceda”, explica Kristi Raik, del Centro Internacional de Defensa y Seguridad. “Aún y así, a nivel de moral y de apoyo humanitario a las personas que se manifiestan en Bielorrusia y a la sociedad civil, su papel es muy importante”.

La UE apuesta por un diálogo a nivel nacional entre el todavía presidente Alexandre Lukashenko, la oposición y la sociedad civil, con el objetivo de que puedan celebrarse unas nuevas elecciones.

“Estamos a favor de la democracia, el Estado de derecho y las elecciones libres y justas”, afirma David Mc Allister, eurodiputado y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores. “Por eso, estas nuevas elecciones deben realizarse bajo la supervisión de organismos internacionales. Y el más adecuado, desde mi punto de vista, es la OSCE porque no sólo incluye a los países europeos, Estados Unidos y Canadá, también están dentro Bielorrusia y Rusia”.

Los líderes europeos amenazan con imponer sanciones selectivas, centradas en las personas responsables de la violencia y del fraude electoral. El objetivo es forzar un cambio de política sin afectar a los ciudadanos. Pero algunos expertos creen que es un arma de doble filo.

"Las sanciones son siempre una medida extrema”, dice Jelena Milic, del Centro de Estudios Euroatlánticos. “Creo que la UE ha actuado correctamente con su rechazo oportuno a los resultados electorales. Y también pienso que el intento de mediar en un debate entre los partidos de la oposición, la comisión electoral y el régimen gobernante sería bueno porque la mediación legitimaría a la oposición”.

Por el momento, el Kremlin se ha convertido en el único interlocutor de Lukashenko. Y algunos Estados miembros se han mostrado dispuestos a dejar que Moscú juegue un papel... positivo.

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