El evento que organiza desde 2007 WWF ha dejado a oscuras ciudades del mundo entero a las ocho y media de la tarde para recordarnos nuestro impacto en el medio ambiente
La destrucción de la naturaleza influye directamente en la aparición de brotes de enfermedades como la Covid-19. Es la advertencia en la que ha querido incidir este año "La hora del Planeta".
El evento que organiza desde 2007 WWF ha dejado a oscuras las ciudades del mundo entero a las ocho y media de la tarde. Una pequeña acción para concienciar sobre el cambio climático.
Desde la puerta de Brandeburgo en Alemania a la parisina torre Eiffel en Francia, los principales monumentos han apagado sus luces de forma excepcional. El coliseo en Roma también se ha unido a la iniciativa. Eso sí, sin espectadores por las restricciones a la movilidad a las que ha obligado la tercera ola de coronavirus.
El ayuntamiento de Madrid y otros edificios oficiales apagaron sus interruptores en España. En Londres, lo hicieron las Casas del Parlamento, el London Eye, y los carteles de neón de Piccadilly Circus.
Una hora sin gastar luz a la que se han sumado grandes metrópolis en todos los continentes y que, más que un ahorro de energía, pretende recordarnos nuestro impacto en el medio ambiente.
Ese impacto humano, dicen los expertos, está dejando la naturaleza en caída libre por la deforestación generalizada, la destrucción de hábitats de los animales y el cambio climático provocados por la forma en que vivimos y gestionamos nuestras economías.