HUNGRÍA | Un "apartahotel" junto al lodazal para salvar la población golondrinas y abejas

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Por Zoltán Siposhegyi - Euronews en español
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A vista de pájaro, una mancha verde salpicada de miles de puntos de color destaca en la junta de asfalto de Szegued, la tercera ciudad más grande de Hungría. Es, sin duda, una vista hermosa para golondrinas, avispas y abejas. Al descender, junto a los jardines, se puede distinguir un pequeño lodazal

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A vista de pájaro, una mancha verde salpicada de miles de puntos de color destaca en la jungla de asfalto de Szegued, la tercera ciudad más grande de Hungría. Es, sin duda, una vista hermosa para golondrinas, avispas y abejas. Al descender, junto a los jardines, se puede distinguir un pequeño lodazal con material para construir nidos y colmenas, y grandes murales con motivos alados que cubren una antigua central térmica. En lo alto de sus muros se exitienden decenas de compartimentos habilitados para construir nidos: Es lo que bien podría considerarse un apartahotel para golondrinas. Tras esta iniciativa de altos vuelos está Mondolo, una asociación ecologista que tiene los pies en la tierra. 

"Hicimos algunos nidos, compramos otros a la Sociedad Ornitológica Húngara y allí, en la esquina, hay algunos refugios hechos por los niños de las guarderías locales. Esta es posiblemente la mejor manera de educarles y ayudarles a ser respetuosos con el medio ambiente", explica Tamás Ézsiás, director del proyecto.

También colocaron carteles para informar a los viandantes... a distintos grados:

"Cada cartel tiene un código QR que lleva a una página con más información", añade Ézsiás.

El proyecto de la Asociación Mondolo tiene como telón de fondo una drástica disminución del número de golondrinas en Hungría, que se ha reducido a la mitad en la última década. Su ausencia se ha traducido en un incremento de insectos y plagas y también del uso de pesticidas en campos y cultivos.

Y estos pesticidas son perniciosos para las abejas, aliadas naturales de los agricultores. Como la población de golondrinas, la de abejas también está en franco declive. La asociación ha creado pequeños jardines silvestres delante de bloques de viviendas para que puedan alimentarse en plena ciudad:

"En un prado de flores silvestres hay muchas especies de plantas, hay muchas flores distintas, por lo que tiene muy buen aspecto. Hace muy felices a los insectos polinizadores, como las abejas, las mariposas o los abejorros, porque tienen un lugar para alimentarse. Observar las flores y los animales en medio de la ciudad es educativo y edificante", explica Tibor Dobai, fundador de la asociación.

Mondolo está distribuyendo semillas de flores para fomentar la biodiversidad en terrazas, guarderías y paradas de autobús. Los alérgicos al veneno de avispas y abejas deberán tener cuidado, dicen, pero no miedo, "pues sólo pican si las tocas".

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