La familia de Floyd celebró emocionada el veredicto mientras el presidente Joe Biden recordó que el asesinato de Floyd puso sobre la mesa los problemas de discriminación racial dentro de la policía estadounidense
El juicio del año ha llegado a su fin. El exagente de policía Derek Chauvin ha sido declarado culpable por la muerte del afroamericano George Floyd y podría pasar más de dos décadas entre rejas.
El fallo marca un punto de inflexión en lucha racial en Estados Unidos. El Jurado considera culpable a Chauvin de asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio culposo en segundo grado.
La familia de Floyd celebraba emocionada el veredicto. "Verlo esposado y salir de ese tribunal, como mi hermano fue esposado, eso me mostró que ya no tiene poder. Ya no tiene el control, mi hermano tiene el control", dijo la hermana del fallecido, LaTonya Floyd.
Las imágenes de Chauvin inmovilizando a Floyd y presionando su cuello con su rodilla dieron la vuelta al mundo desencadenando una ola de indignación, protestas y peticiones para reformar el cuerpo policial.
Celebraciones y emoción tras el fallo
El fallo, cargado de simbolismo, fue recibido con júbilo y dolor en la ciudad de Minneapolis.
Al Sharpton, líder de los derechos civiles, dijo que no celebran que un hombre vaya a la cárcel. "Habríamos preferido que George estuviera vivo, pero lo celebramos porque los jóvenes, blancos y negros, algunos castigados que están aquí esta noche, marcharon y siguieron marchando y siguieron adelante."
El presidente Joe Biden también celebró el veredicto diciendo que el asesinato de Floyd puso sobre la mesa los problemas de discriminación racial dentro de la policía estadounidense.
"El veredicto de culpabilidad no nos devuelve a George. Pero a través del dolor de la familia, encontramos un propósito, por lo que el legado de George no será sólo sobre su muerte, sino sobre lo que debemos hacer en su memoria", dijo Biden.
Decenas de personas se congregaron tras el juicio en el lugar en el que Floyd perdió la vida frente a varios testigos para celebrar que "donde hay gente hay poder".
Es la primera vez que en el estado de Minesota se condena a un policía blanco por la muerte de alguien mientras estaba de servicio.