La 'madre' de la vacuna COVID-19, Katalin Kariko, fue informante de la policía en la era comunista

La "madre" del ARN mensajero, la húngara Katalin Kariko
La "madre" del ARN mensajero, la húngara Katalin Kariko Derechos de autor  Rosta Tibor/MTVA - Médiaszolgáltatás-támogató és Vagyonkezelõ Alap
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Por Orlando Crowcrofteuronews equipo de lengua húngara
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Kariko, que recientemente ha recibido el homenaje de Hungría y figura como candidata al Premio Nóbel, asegura que le obligaron bajo amenaza y nunca actuó como informante de forma activa.

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Una bioquímica cuyo trabajo fue fundamental para el desarrollo de las vacunas contra el COVID-19 ha admitido que fue un activo para los servicios de seguridad durante la época comunista de Hungría.

Katalin Kariko, cuyo trabajo sobre la tecnología del ARNm fue fundamental para el desarrollo de las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna, fue contratada en 1978, cuando Hungría estaba bajo el régimen comunista de János Kádár, apoyado por los soviéticos.

Kariko, que ha sido señalada como posible ganadora del Premio Nobel, dijo que fue chantajeada por el temido Servicio de Seguridad del Estado húngaro, que la amenazó con revelar el papel de su padre en la revolución de 1956 contra el régimen comunista, haciendo imposible su carrera en la investigación médica.

Pero Kariko declaró a los medios de comunicación húngaros que, aunque figuraba como agente, nunca delató a nadie durante su estancia en Hungría o en Estados Unidos, donde vive desde 1985.

"En los años que siguieron, no di ningún informe por escrito, no hice daño a nadie. Para poder continuar con mi actividad científica y de investigación, tuve que marcharme", dijo en un comunicado.

Euronews ha contactado con la señora Kariko para obtener sus comentarios.

El papel de Kariko como informante en la lista ha sido de dominio público desde que su nombre apareció en un libro en 2017. Pero volvió a salir a la luz este fin de semana con las publicaciones de un medio de comunicación conservador cuando regresó a Hungría para recibir una distinción por su trabajo en COVID-19.

El director general de los archivos históricos de los Servicios de Seguridad del Estado, Gergő Bendegúz Cseh, dijo que no había razón para dudar de la afirmación de Kariko de que nunca delató a nadie después de su reclutamiento, diciendo que su "archivo de trabajo" estaba vacío.

La admisión es "extremadamente rara"

Krisztián Ungváry, investigador de los documentos de la antigua seguridad del Estado, dijo a Euronews que era extremadamente raro que alguien confrontado sobre su papel durante la era comunista admitiera lo que había sucedido en lugar de mentir sobre el pasado.

También dijo que estaba claro que Kariko no estuvo en activo después de su traslado a Estados Unidos en 1985, lo que desmintió las especulaciones de que pudiera haber sido alistada como espía para Hungría mientras estaba en Estados Unidos, ya que esto habría quedado marcado en su expediente de seguridad del Estado.

Entre 1945 y el colapso del comunismo a partir de 1989, se cree que entre 160.000 y 200.000 húngaros fueron reclutados por los servicios de seguridad, cifras astronómicas en un país de poco más de 10 millones de habitantes, por entonces. En 1977, el año anterior al reclutamiento de Kariko, había casi 7.000 agentes activos.

Incluso 32 años después, el papel de los servicios de seguridad del Estado sigue siendo polémico y controvertido en Hungría.

Este fin de semana, Kariko fue nombrada Ciudadana Honoraria de Szeged, Hungría, donde comenzó su carrera universitaria, mientras que un perfil en el New York Times de abril de 2021 describía a Kariko como una heroína en la lucha contra el COVID-19.

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