Europa toma el control de la cuarta jornada de los Mundiales de judo

Clarisse Agbegnenou lideró a Europa con una actuación dominante durante la cuarta jornada de los Mundiales de judo en Budapest. La francesa fue la frialdad personificada cada vez que ponía el pie en el tatami, donde pasaba de relajada a concentrada.
Durante todo el día, mostró toda la gama de sus habilidades ganando con diferentes técnicas en su camino a la final.
En la lucha por el oro, la eslovena Andrea Leski, venía de puntuar con dos ippones en sus combates previos.
Pero Agbegnenou era demasiado fuerte, puntuó waza ari con su táctica característica, harai makikomi, y se aseguró su quinto título mundial y un lugar en los anales de la historia del judo.
El vicepresidente de la Federación Internacional de Judo y presidente de la Unión Europea de Judo, Sergey Solveychik le colgó a la campeona francesa su medalla.
Europa también se adjudicó dos medallas de bronce con la holandesa Sanne Vermeer y la serbia Anja Obradovic.
En la categoría de -81 kilos Matthias Casse tenía una misión. Habiendo ganado la plata en el último Mundial de judo en Tokio, el belga tenía sus ojos puestos en el oro según iba superando a sus adversarios.
En la final se encontró con el explosivo judoca georgiano Tato Grigalashvili que arrasó a sus oponentes en su camino a la final.
En el combate por el oro Casse resistió el aluvión de ataques de su oponente antes de cambiar las tornas y puntuar ippon para ahuyentar todos los fantasmas de Tokio.
Le entregó su medalla Morinari Watanabe, miembro del Comité Olímpico Internacional y presidente de la Federación Internacional de Gimnasia.
Europa completó el éxito en la consecución de medallas con los bronces del holandés Frank Dewit y de Anri Egutidze para Portugal.
El resto de la jornada también estuvo repleta de un judo increíble. Con ippon tras ippon en un día que Europa tomó el control del torneo.