Vidas quemadas por el volcán Cumbre Vieja en la isla de La Palma

Los habitantes de La Palma se estremecen entre las sacudidas y los rugidos del volcán Cumbre Vieja. Sus nuevas bocas y sus ríos de lava son sinónimo de ruina y destrucción entre los más de 6 000 evacuados y hay quien, a pesar del peligro, no resiste la tentación de acercarse a lo que fue su hogar para ver si sigue en pie.
La respuesta a la pregunta que corroe a un vecino de una localidad evacuada desde hace horas es brutal: la lava se ha tragado buena parte de la vivienda, que ha quedado parcialmente destruida. Tras muchas dudas y con un mar de lava incandescente a escasos metros de distancia, este hombre penetra en una de las habitaciones y recoge algunas pertenencias.
Después de desandar el camino y volver al auto en el que le espera su hermano, le muestra el vídeo de cómo ha quedado casa. No hay nada qué hacer, ni tampoco tiempo que perder:
"Toda la vida trabajando, quemándose a trabajar, para ver el trabajo de una vida quemado ahí", acierta a decir mientras contiene las lágrimas. "Vámonos, venga", arrecia a su hermano antes de alejarse a toda prisa de la zona.