Viajamos desde Milan hasta la frontera rumano-ucraniana con un voluntario para alistarse al Ejército

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Por Giorgia Orlandi
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Giuseppe sólo tenía tres años cuando dejó un orfanato en la región del Donbás tras la muerte de sus padres. Desde que fue adoptado por una familia siciliana ha vivido en Italia y sólo habla italiano. "No puedo quedarme en casa viendo la televisión sin hacer nada para ayudar a mis conciudadanos."

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Ni siquiera es capaz de recordar la última vez que estuvo en Ucrania. Giuseppe sólo tenía tres años cuando dejó un orfanato en la región del Donbás tras la muerte de sus padres.

Desde que fue adoptado por una familia siciliana ha vivido en Italia y sólo habla italiano. Pero se siente ucraniano y siempre quiso visitar el país. Nos encontramos en Milán para seguirle en su viaje de vuelta a Ucrania por primera vez en 25 años. Un viaje diferente al que había imaginado hacer. Su país está en guerra y él está decidido a defenderlo.

Giuseppe Misuraca, voluntario:

"No puedo quedarme en casa viendo la televisión sin hacer nada para ayudar a mis conciudadanos. Sé que me pueden matar porque hay guerra... y bombardeos. Creo que tiene que ver con mi ADN y mi lado ucraniano".

La foto de su pasaporte es uno de los pocos y primeros recuerdos de su infancia ucraniana. Giuseppe ha solicitado ser combatiente extranjero y está dispuesto a alistarse en el Ejército. Pero no podría embarcarse en tal misión sin la ayuda de Dorin. Desde el comienzo del conflicto, va y viene entre Italia y Ucrania.

Dorin Bzovi, conductor:

"Llevo a gente de un lado a otro mientras transporto bienes esenciales all país, es lo que se me da bien. si me dicen que me necesitan en el frente, pués iré a luchar. Muchos se han alistado en el Ejército, pero alguien tiene que proporcionar estos artículos. La gente necesita estos bienes, sin comida los soldados no podrían luchar".

Otras dos mujeres se han unido al viaje. Han salido de Italia para ofrecer su ayuda. Una de ellas me enseña fotos de niños construyendo barricadas en su ciudad "estoy dispuesta a tomar las armas si es necesario" me dice - "no tengo miedo" .

En el camino, Giuseppe menciona a menudo a sus padres adoptivos. Dejarlos atrás no ha sido una decisión fácil para él.

Giuseppe Misuraca, voluntario:

"Cuando me despedí de mi padre en el aeropuerto le prometí que volvería. Pero si no vuelvo, les dije, por favor, recordad que os he querido mucho aunque no seáis mis padres biológicos".

Estamos a punto de llegar al paso fronterizo con Ucrania. Giuseppe no sabe qué le espera al otro lado. Pero, sobre todo, se siente feliz de reencontrarse con su pasado y de ofrecer su ayuda a un país que se vio obligado a abandonar demasiado pronto.

Giorgia Orlandi en la frontera entre Rumanía y Ucrania para Euronews

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