Los expertos aseguran que el Reino Unido experimentará una larga recesión económica y que el ambiente sombrío en vísperas de la Navidad es solo el comienzo.
El descontento en el Reino Unido paraliza el sector ferroviario. Desde este martes el gremio empieza una huelga de cuatro días en demanda de mejoras salariales y tras el fracaso de unas primeras negociaciones con la empresa ferroviaria Network Rail.
Se estima que solo el 20 % de los servicios ferroviarios en el país seguirán operando, aunque esta cifra podría bajar debido al mal tiempo que también afecta a este importante medio de transporte.
El malestar se extiende por otros sectores clave del Reino Unido. La policía fronteriza y los mozos de equipajes de las aerolíneas también tienen previsto convocar huelgas en Navidad.
En los hospitales, los enfermeros se unirán a la huelga para pedir un aumento salarial del 19 %, exigencia que el Gobierno considera inasequible.
Mientras Londres busca llegar a un consenso, ha ordenado la intervención de los sanitarios del Ejército para reducir el impacto de otra huelga, esta vez, de los conductores de ambulancias.
El primer ministro conservador, Rishi Sunak, prometió introducir "nuevas leyes", lo suficientemente duras para atajar las repercusiones de las huelgas.
Esta explosión de huelgas en el Reino Unido se suma a una inflación galopante, que en el mes de noviembre alcanzó un nuevo máximo de más del 11 % .
Los expertos aseguran que el Reino Unido experimentará una larga recesión económica y que el ambiente sombrío en vísperas de la Navidad es solo el comienzo.