La Policía buscaba en una favela de Río de Janeiro a algunos de los cabecillas del llamado Comando Rojo, una de las mayores organizaciones criminales de Brasil.
Una vez más en Rio de Janeiro la operación policial calificada de "antinarcóticos" ha acabado en un baó de sangre. La represión de bandas criminales y narcotraficantes ha dejado decenas de muertos en tres estados.
Ya han muerto más de 50 personas tan solo en lo que va de año.
El gobernador de Sao Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, defendió la operación y negó violencia policial; sin embargo diferentes organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch, han exigido investigaciones independientes y exhaustivas dada la gravedad de lo que parece una operación de represalia.