En uno de los ataques perdieron la vida cinco niños, de edades comprendidas entre los dos y los once años, según fuentes de un hospital cercano.
Nuevos ataques perpetrados por las tropas israelíes en la Franja de Gaza han causado la muerte de al menos 17 personas, entre ellas cinco niños y sus padres, según fuentes sanitarias palestinas.
La última ronda de ataques se produjo durante la noche del martes y la madrugada del miércoles, en vísperas de nuevas conversaciones entre los representantes de Israel y los de Hamás, para lograr un alto el fuego en esta guerra que dura ya 10 meses.
Estados Unidos, Catar y Egipto confían en que se llegue a un acuerdo, pero las partes en conflicto siguen muy distanciadas en varias cuestiones, incluso después de infinidad de semanas de negociaciones indirectas.
Uno de los ataques alcanzó, a última hora del martes, la casa de una familia en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, que data de la guerra de 1948 que rodeó la creación del Estado de Israel. En el ataque nocturno de este martes murieron cinco niños, de edades comprendidas entre los dos y los once años, y sus padres, según fuentes del cercano Hospital de los Mártires de Al-Aqsa.
En el cercano campo de refugiados de Maghazi, un ataque contra una vivienda, a primera hora del miércoles, mató a cuatro personas e hirió a algunas más, según ha comunicado el hospital.
En la ciudad meridional de Jan Yunis, el servicio de emergencias del Ministerio de Salud de Gaza informó de que los equipos de primera intervención habían recuperado los cadáveres de cuatro hombres que murieron en un ataque contra un edificio residencial a última hora del martes.
Otras dos personas murieron en un ataque israelí contra una casa en la ciudad septentrional de Beit Lahia, según el servicio de emergencias. En el ataque también resultaron heridas cinco personas.
Las autoridades sanitarias de Gaza no precisan si las víctimas mortales de los ataques israelíes son militantes de Hamás o se trata de civiles.
Entretanto, las autoridades israelíes afirman que tratan de evitar dañar a los civiles y culpa de sus muertes a Hamás, señalando que los militantes operan en zonas residenciales. El Ejército de Israel rara vez realiza comentarios sobre ataques concretos.