La votación del martes por la tarde se produce en un momento en que el frágil Gobierno de Barnier se enfrenta a un gran reto para conseguir aprobar el presupuesto del próximo año, a pesar de no contar con mayoría en el Parlamento.
Se espera que el Gobierno en minoría de Francia sobreviva a una moción de censura el martes por la tarde, en una primera gran prueba para el nuevo primer ministro conservador Michel Barnier, que se ve obligado a confiar en la buena voluntad de la extrema derecha para mantenerse en el poder. La moción de censura fue presentada por un grupo de 192 legisladores de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular.
En su moción, la alianza acusaba al nuevo Gobierno francés de negar "el resultado de las últimas elecciones legislativas". A pesar de haber obtenido el mayor número de escaños en la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas anticipadas de Francia, celebradas este verano, la coalición no tuvo la oportunidad de formar un Gobierno en minoría.
La ultraderechista Agrupación Nacional (RN), que cuenta con 125 diputados, se abstendrá en la votación de la moción de censura. Dado que la moción necesita 289 votos para ser aprobada, es poco probable que lo sea sin el apoyo de RN. La formación ganó 40 escaños en las elecciones legislativas con respecto a 2022.
La líder de extrema derecha Marine Le Pen, diputada a la Asamblea Nacional por la circunscripción de Pas-de-Calais, declaró que había decidido "dar una oportunidad" al Gobierno.
El político de izquierdas Olivier Faure, del Partido Socialista, declaró que "la Agrupación Nacional ha decidido mostrar su apoyo sin participar en el Gobierno", en una entrevista a la cadena pública francesa 'France 2'. La votación será una oportunidad para demostrar "quién está en la oposición y quién no", añadió.
Los políticos de la coalición Nuevo Frente Popular comenzaron a planear el presentar una moción de censura cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, se negó a nombrar primera ministra a su candidata, Lucie Castets.
Tras las elecciones de julio, la Asamblea Nacional, la poderosa cámara baja del Parlamento francés, se ha dividido en tres grandes bloques: el Nuevo Frente Popular, los aliados centristas de Macron y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional. Ninguno de los grupos cuenta con una mayoría absoluta.
La frustración aumentó aún más cuando Macron tardó 51 días en nombrar a Barnier -procedente del partido conservador Los Republicanos - como nuevo primer ministro, colocando al frente del país a un político cuyo partido obtuvo menos del 5% de los votos en las elecciones. El gabinete de Barnier está compuesto en su mayoría por miembros de su partido y centristas de la alianza de Macron, que juntos suman poco más de 200 legisladores.