Sarkozy fue condenado a cinco años de prisión por conspiración criminal en una compleja trama en la que presuntamente estaba implicado el antiguo régimen libio de Muamar Gadafi.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue declarado culpable el jueves de conspiración criminal en un largo caso en el que se le acusaba de haber buscado financiación ilegal del difunto dictador libio Muamar Gadafi para asegurarse la victoria electoral en 2007.
El Tribunal de París condenó a Sarkozy a cinco años de prisión, 100.000 euros de multa y cinco años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. En un giro sorprendente, Sarkozy, de 70 años, también recibió una orden de detención diferida con efecto inmediato.
Deberá comparecer ante la fiscalía antes del 13 de octubre para que se le notifique cuándo comenzará su encarcelamiento. Su encarcelamiento debe comenzar en un plazo máximo de cuatro meses. Según la legislación francesa, esta medida se aplica incluso en caso de apelación. Sin embargo, debido a su edad, puede solicitar la libertad condicional.
Sin embargo, el Tribunal le absolvió de los cargos de corrupción pasiva, malversación de fondos públicos libios y financiación ilegal de campaña, al concluir que los fiscales no habían logrado demostrar que el dinero libio fluyera directamente a la campaña de Sarkozy. La acusación de conspiración, explicó el Tribunal, se derivaba de la participación de Sarkozy en un grupo que preparó un delito de corrupción entre 2005 y 2007.
El juez principal señaló que Sarkozy permitió a sus allegados ponerse en contacto con funcionarios libios "para obtener o intentar obtener apoyo financiero en Libia con el fin de asegurar la financiación de la campaña". Sin embargo, el juez concluyó que no podían determinar con certeza que el dinero libio se utilizara en última instancia para pagar la campaña.
Sarkozy promete seguir luchando
Tras la sentencia, Sarkozy declaró a los periodistas que el fallo era "de extrema gravedad para el Estado de Derecho" y afirmó que recurriría.
"Asumiré mi responsabilidad. Acataré la llamada de la justicia. Y si quieren absolutamente que duerma en la cárcel, dormiré en la cárcel. Pero con la cabeza bien alta. Soy inocente", declaró. Las reacciones estuvieron muy divididas. En la izquierda, muchos aprovecharon la ocasión para burlarse del exdirigente.
El diputado verde Benjamin Lucas bromeó: "Al final, Sarkozy ha conseguido un nuevo mandato de cinco años", en referencia a la duración de un mandato presidencial en Francia.
En la derecha, el veredicto fue tachado de desproporcionado. El senador del partido conservador Les Républicains, Stéphane Le Rudulier, lo calificó de "tsunami de la vergüenza" e instó al presidente Emmanuel Macron a indultar a Sarkozy.
La figura de extrema derecha Marine Le Pen advirtió de que la sentencia sentaba un peligroso precedente al imponer la ejecución inmediata a pesar de los derechos de apelación.
La propia Marine Le Pen fue declarada culpable a principios de año de malversación de fondos públicos de la UE en el caso de los asistentes parlamentarios de su partido, el Frente Nacional, ahora llamado Agrupación Nacional.
Un caso largo y extenso
La sentencia también afecta a 11 coacusados, entre ellos tres antiguos ministros de Sarkozy. El empresario Ziad Takieddine, considerado un intermediario clave y uno de los principales acusadores de Sarkozy, murió en Beirut a principios de esta semana a la edad de 75 años, sin llegar a ser juzgado. Otro intermediario, Alexandre Djouhri, junto con otras figuras vinculadas al círculo íntimo de Gadafi, también fueron implicados.
Muamar Gadafi, dictador de Libia durante muchos años, fue derrocado y asesinado en una revuelta en 2011, poniendo fin a su Gobierno de cuatro décadas en el país norteafricano.
En el juicio, que duró tres meses, se examinó una amplia gama de pruebas, desde viajes a Trípoli hasta transferencias sospechosas a paraísos fiscales.
Los jueces también revisaron las acusaciones de que el Gobierno de Sarkozy había protegido al ex jefe de gabinete de Gadafi, Bechir Saleh. La fiscalía alegó que Sarkozy y sus socios forjaron un pacto de corrupción con el régimen de Gadafi a cambio de financiación para su campaña.
Al parecer, el pacto incluía promesas de rehabilitar la posición internacional de Libia y conceder clemencia a Abdallah Senoussi, cuñado de Gadafi, condenado en Francia por su participación en un atentado contra una aerolínea sobre Níger en 1989 en el que murieron 170 personas.
Pero el Tribunal desestimó una prueba clave revelada en 2012 por el diario de investigación francés 'Mediapart': un documento firmado por el antiguo jefe de inteligencia de Gadafi, Moussa Koussa, que sugería que se habían enviado 6,5 millones de euros para la campaña de Sarkozy. Los jueces dijeron que "ahora parece más probable" que el documento sea falso.
Repercusiones políticas y jurídicas
El veredicto complica aún más la creciente lista de desafíos legales de Sarkozy. El 8 de octubre, el más alto Tribunal francés revisará su apelación en el caso Bygmalion, por el que fue condenado a un año de prisión por gastos excesivos en su fallida candidatura a la reelección en 2012. También ha sido condenado en el llamado caso Bismuth, relacionado con corrupción y tráfico de influencias.
Entre enero y mayo, el ex jefe de Estado tuvo que llevar una tobillera electrónica, un castigo sin precedentes para un expresidente. Ha presentado un recurso por ese caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.