Decenas de miles de personas se manifestaron el jueves en toda Francia para oponerse a los presupuestos para el 2026, aunque la participación fue mucho menor que en septiembre. Los sindicatos aguardan a las negociaciones del nuevo primer ministro con la oposición.
Decenas de miles de manifestantes salieron este jueves a las calles de toda Francia, convocados por los principales sindicatos del país, para protestar contra el recorte de gasto público anunciado por el Gobierno de Emmanuel Macron para los próximos presupuestos. Esta medida provocó la reciente dimisión del anterior primer ministro, François Bayrou, tras verse sometido a una moción de censura por parte del Parlamento.
Fue la tercera jornada de protestas en menos de un mes, aunque la participación fue menor que durante las manifestaciones de septiembre. Según el Ministerio del Interior, unas 195.000 personas se manifestaron en todo el país, 24.000 de ellas en París.
La CGT, el mayor sindicato del país, cifró la participación en 600.000 personas, pero incluso sus propios dirigentes admitieron que el impulso estaba perdiendo fuerza. En comparación, la movilización del 18 de septiembre reunió entre medio millón y un millón de manifestantes.
Los líderes sindicales afirmaron querer recordar al Gobierno el enfado de la población por los recortes del gasto público y de las pensiones. "El descontento social es muy fuerte", declaró Sophie Binet, dirigente de la CGT, a la televisión francesa 'BFMTV', añadiendo que los sindicatos exigen "justicia social". Binet no cree que el Gobierno vaya a repartir equitativamente los sacrificios que exige el nuevo presupuesto.
Las manifestaciones en París se mantuvieron en calma, en contraste con los tensos enfrentamientos derivados durante las manifestaciones de hace dos semanas. Alrededor de 76.000 policías y gendarmes fueron desplegados por todo el país, según Interior.
A pesar de la convocatoria de huelga, los trastornos en la vida cotidiana fueron menos graves de lo esperado. Los trenes de alta velocidad TGV funcionaron con normalidad, así como gran parte del metro de París. En el transporte aéreo se registraron pequeñas incidencias, pero los aeropuertos de la capital no sufrieron cancelaciones significativas.
Francia se enfrenta a una nueva batalla política por los presupuestos de 2026
La movilización del jueves se produce pocos días antes de que el nuevo primer ministro elegido por Macron, Sébastien Lecornu, pronuncie un discurso sobre el panorama político general en la Asamblea Nacional francesa y ultime el plan presupuestario del Gobierno.
Lecornu es miembro del partido centroderechista de Macron (Renacimiento) y antiguo afiliado a Los Republicanos, la formación conservadora por antonomasia en Francia pero en decadencia tras el auge de la extrema derecha de Marine Le Pen. Se trata del quinto primer ministro desde 2024, reflejo de la inestabilidad política que vive Francia y el proyecto 'macronista' en particular.
Lecornu tiene previsto celebrar este viernes una serie de reuniones con líderes de la oposición, entre ellos la Agrupación Nacional de Le Pen o la coalición de izquierdas conformada por el Partido Socialista, los Verdes o Francia Insumisa, conocida como el Nuevo Frente Popular. Su apoyo será decisivo en la próxima votación presupuestaria, con la amenaza de una nueva moción de censura sobrevolando al Legislativo.
El déficit de Francia alcanzó el 5,8% del PIB el año pasado, casi el doble del límite máximo de la UE del 3%, mientras que la deuda nacional asciende actualmente a más de 3,3 mil millones de euros, aproximadamente el 114% del PIB.
Según los medios franceses, el nuevo primer ministro está sopesando medidas para aliviar el coste de la vida de los trabajadores, entre ellas una posible rebaja de impuestos para parejas con salarios bajos y una reducción de las cargas salariales sobre las horas extraordinarias.
Para los sindicatos, el reto será mantener la presión mientras esperan concesiones concretas del Gobierno. De momento no se han anunciado nuevas fechas de protestas nacionales, aunque insisten en que no se descarta nada si el Gobierno sigue adelante con lo que califican de "medidas de austeridad injustas".