"No quiero tener un desperdicio de reunión", comentó Trump tras las declaraciones del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, de que Moscú se opone a un alto el fuego inmediato en su guerra contra Ucrania.
En lo que supone un nuevo giro en los esfuerzos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por resolver la guerra en Ucrania, el mandatario aseguró el martes que su plan para una reunión en Budapest con el líder ruso, Vladímir Putin, había sido suspendida porque no quiere que sea "una pérdida de tiempo".
La decisión de aplazar la reunión en Budapest, que Trump había anunciado la semana pasada, se tomó tras una llamada el lunes entre el secretario de Estado, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. "No quiero tener un desperdicio de reunión", dijo Trump. "No quiero caer en lo que sería una pérdida de tiempo, así que veremos qué pasa".
Los comentarios de Trump se produjeron después de que Lavrov dejara claro que Rusia se opone al alto el fuego inmediato que Trump propuso la semana pasada, diciendo a los periodistas en Moscú que iría en contra de lo que ambos presidentes acordaron en Alaska en agosto.
El Kremlin dejó claro que tampoco parecía tener prisa por reunir de nuevo a Trump y Putin. El portavoz Dmitry Peskov dijo el martes que "se necesita preparación, una preparación seria" antes de una reunión de tal calibre. Anteriormente, un funcionario de la Casa Blanca había afirmado que "no hay planes" para que el presidente estadounidense se reúna con su homólogo ruso en un futuro inmediato.
Trump y Putin se reunieron por última vez en Alaska, en agosto, pero el encuentro no hizo avanzar los estancados intentos de la Casa Blanca por poner fin a una guerra que comenzó con la invasión a gran escala de Rusia, en febrero de 2022.
El cambio de plan, probablemente un alivio para la UE
El último cambio en el plan para una segunda reunión con Putin probablemente supondrá un alivio para los líderes europeos, que acusan al líder ruso de querer ganar tiempo recurriendo a la diplomacia, mientras intenta ganar terreno en el campo de batalla.
Algunos líderes -incluidos el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente francés, Emmanuel Macron; y el canciller alemán, Friedrich Merz- ya habían avanzado que se oponían a cualquier presión para que Ucrania ceda el territorio capturado por las fuerzas rusas a cambio de la paz, como Trump ha sugerido más recientemente.
También tienen previsto seguir adelante con sus planes de utilizar miles de millones de dólares en activos rusos congelados para ayudar a financiar los esfuerzos bélicos de Ucrania, a pesar de algunos recelos sobre la legalidad y las consecuencias de tal medida. Está previsto que el viernes se celebre en Londres una reunión de la Coalición de Voluntarios, un grupo de 35 países que apoyan a Ucrania.
Ucrania quiere misiles Tomahawk de Estados Unidos
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha intentado reforzar la posición de Ucrania solicitando misiles Tomahawk de largo alcance a Estados Unidos, aunque Trump ha dudado sobre si se los proporcionaría. "Tenemos que poner fin a esta guerra, y sólo la presión conducirá a la paz", aseveró Zelenski el martes en un post de Telegram.
Señaló que Putin volvió a la diplomacia y llamó a Trump la semana pasada cuando parecía que los misiles Tomahawk eran una posibilidad. Pero "tan pronto como la presión se relajó un poco, los rusos comenzaron a tratar de abandonar la diplomacia, de posponer el diálogo", dijo Zelenski.
Se espera que el miércoles Trump mantenga conversaciones en la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. La alianza militar ha estado coordinando las entregas de armas a Ucrania, muchas de ellas compradas a Estados Unidos por Canadá y los países europeos.
Cómo ha cambiado la postura de Trump sobre la guerra
Mientras tanto, Trump ha estado cambiando de opinión durante todo el año sobre cuestiones clave en la guerra, incluyendo si un alto el fuego debe venir antes de las conversaciones de paz a más largo plazo, y si Ucrania podría recuperar territorios ocupados por Rusia durante casi cuatro años de lucha.
Trump se centró inicialmente en presionar a Ucrania para que hiciera concesiones, pero luego se frustró ante la intransigencia de Putin. El republicano se queja a menudo de que pensaba que su buena relación con su homólogo ruso habría facilitado el fin de la guerra.
El mes pasado, Trump dio marcha atrás en su postura, mantenida durante mucho tiempo, de que Ucrania tendría que ceder terreno y sugirió que podría recuperar todo el territorio que ha perdido a manos de Rusia. Pero tras una llamada telefónica con Putin la semana pasada y una posterior reunión con Zelenski, el viernes, el presidente estadounidense volvió a cambiar de postura y pidió a Kiev y Moscú que "se paren donde están" y pongan fin a la guerra.
El domingo, Trump dijo que la región industrial de Donbás, en el este de Ucrania, debería ser "troceada", dejando la mayor parte en manos rusas. Sin embargo, el lunes sostuvo que, aunque cree que es posible que Ucrania pueda derrotar a Rusia en última instancia, ahora duda de que eso ocurra.
Rusia ocupa alrededor de una quinta parte de Ucrania, pero dividir su país a cambio de la paz es inaceptable para Kiev. Además, funcionarios ucranianos y europeos temen que un conflicto congelado en la actual línea del frente podría enconarse más adelante y que las zonas ocupadas de Ucrania servirían a Moscú de trampolín para nuevos ataques en el futuro.