Según el ex director general de Comercio, Jean-Luc Demarty, un acuerdo equilibrado con EE.UU. está fuera de alcance, y la UE necesita coraje político para centrarse en los servicios digitales y financieros estadounidenses.
La UE necesita desplegar su "bazuca" (artillería pesada) contra la coerción comercial y demostrar que va en serio, ya que las negociaciones arancelarias con Estados Unidos no conducirán a un resultado equilibrado, ha declarado a 'Euronews' el antiguo jefe de Comercio de la Comisión Europea, Jean-Luc Demarty.
"Trump no busca un acuerdo, sino una extorsión mafiosa", dijo el ex director general de la Dirección General de Comercio, añadiendo: "Además de los 93.000 millones de euros en medidas de represalia, yo añadiría la activación del instrumento contra la coacción. Lo que está haciendo Trump es claramente coerción. Sería una forma de demostrar que hemos puesto nuestro Colt sobre la mesa para la negociación".
El 12 de julio, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con imponer aranceles del 30% a las importaciones de la UE si no se llega a un acuerdo satisfactorio con la UE antes del 1 de agosto.
Desde mediados de marzo, Estados Unidos y la UE están inmersos en una disputa comercial, en la que las importaciones de acero y aluminio de la UE se enfrentan a un arancel estadounidense del 50%, los automóviles al 25% y todas las demás importaciones al 10%.
La UE ha adoptado una primera lista de medidas de represalia, actualmente suspendida, que afecta a productos estadounidenses por valor de 21.000 millones de euros. Una segunda lista, que abarca 72.000 millones de euros, está en proceso de adopción. Pero Demarty afirmó que el Ejecutivo de la UE tiene que ir más lejos, en contraste con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que el 13 de julio dijo que la situación aún no equivalía a coerción.
El instrumento contra la coacción refuerza las defensas comerciales
El instrumento contra la coerción, adoptado por la UE en 2023, permite a la UE restringir el derecho a participar en licitaciones de contratación pública, restringir licencias y adoptar restricciones al comercio de servicios y a los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio, una vez que se ha demostrado la coerción por parte de un tercer país.
Según el antiguo alto funcionario de la UE, dado que las negociaciones no tienen ninguna posibilidad de desembocar en un acuerdo equilibrado, la UE tendrá que centrarse en los servicios estadounidenses, y eso exigirá valentía política. "Habrá que tomar medidas en los sectores de servicios, digital y financiero, para reequilibrar un acuerdo asimétrico. Porque al centrarse en los bienes estadounidenses, la UE no puede superar significativamente los 100.000 millones de euros sin dispararse en el pie, ya que el resto son importaciones de las que depende", afirmó.
"Es un momento político existencial", añadió. "Si no somos capaces de hacerlo, ¿por qué dudarían los chinos en ejercer coerción contra nosotros? ¿O contra otros? Demostraría que Europa tiene el valor de asumir el riesgo de una guerra comercial, que en mi opinión es inevitable. Será costosa para nosotros, pero mucho más para Estados Unidos, y hará retroceder a Trump".