Las menciones de vestimenta informal o casual en las ofertas en Reino Unido se dispararon con la pandemia y persisten. Ahora con trabajo híbrido y nuevas generaciones; ¿Son las corbatas y los tacones complementos del pasado?
La vestimenta laboral está cambiando en muchas partes del mundo. La pandemia de la Covid-19 aceleró este giro, ya que muchos cambiaron la ropa de oficina por chándales y zapatillas de casa.
Datos de la plataforma global de empleo Indeed muestran que el Reino Unido no es ajeno a este cambio de actitud. El traje y la corbata tradicionales han dejado de estar de moda, mientras muchos empleadores adoptan códigos de vestimenta más relajados. Además de la Covid-19, entre los factores que impulsan esta tendencia figuran el creciente peso de la Generación Z y los millennials en la fuerza laboral, así como la influencia del sector tecnológico en otros ámbitos.
En julio de 2025, el 3,3% de las ofertas de empleo en el Reino Unido mencionaba vestimenta informal, más de diez veces por encima de las cifras prepandemia. Entre las expresiones más usadas figuran 'smart casual' o 'dress for your day'. Las menciones aumentaron con fuerza al inicio de la pandemia y alcanzaron un máximo de alrededor del 4,0% a comienzos de 2023.
Antes de la pandemia, las referencias a la vestimenta informal aparecían en menos del 1% de las ofertas, y en el primer semestre de 2019 se situaban en apenas el 0,2%. Desde mayo de 2021, eso sí, nunca ha bajado del 3%.
"La pandemia desencadenó cambios generalizados en la forma de trabajar en el Reino Unido, afectando las expectativas sobre dónde y cómo trabajamos, pero también sobre qué nos ponemos", apuntaba una entrada de blog escrita por los economistas de Indeed Callam Pickering y Jack Kennedy.
"Para los empleadores, una política de vestimenta casual dice mucho de la cultura corporativa. Y en un mercado laboral competitivo, ofrecer flexibilidad, incluso en la indumentaria, puede ayudar a atraer talento de primer nivel", añadían.
La doctora Abbey Bartosiak-Ison, especialista en ciencias del consumidor y analítica, subrayó que, antes de la pandemia, muchas empresas estaban más centradas en el beneficio, a menudo relegando el bienestar a un segundo plano.
"Durante la pandemia, el foco cambió de forma drástica, tenía que hacerlo. Con una incertidumbre generalizada y una ansiedad creciente, los empleados que trabajaban desde casa priorizaron la salud, la familia y la productividad por encima de la apariencia", explicó a 'Euronews Business'.
Una tendencia más duradera
Callam Pickering y Jack Kennedy señalaron que, aunque la pandemia impulsó este cambio en los estándares de vestimenta laboral, sigue respaldado por transformaciones sociales y culturales más amplias.
Por ejemplo, los millennials y la Generación Z están a punto de convertirse en las dos generaciones más numerosas de la fuerza laboral, y muchos ya ocupan puestos de poder o influencia. En comparación con sus colegas de más edad, tienden más a preferir códigos de vestimenta relajados.Además, la cultura tecnológica, durante mucho tiempo reacia a las normas tradicionales de oficina, está influyendo en otros sectores. Silicon Valley es conocido desde hace años por sus sudaderas con capucha y zapatillas deportivas, y prioriza la creatividad y un entorno de trabajo cómodo frente a la tradición.
La vestimenta informal, más común en cuidados, marketing y medios
Entre 2020 y 2023, las ofertas que proponían al menos un 20% de trabajo en remoto tenían más probabilidades de mencionar la vestimenta informal.
Y en 2025, las expectativas sobre la indumentaria profesional siguen muy condicionadas por el puesto. Los cuidados personales y la atención domiciliaria, el marketing, los medios y las comunicaciones, y la educación y la formación son sectores con tasas elevadas de ofertas que mencionan la vestimenta informal.
Las actitudes ante la vestimenta de trabajo también están influidas por la región. Irlanda del Norte registró la mayor proporción de ofertas que mencionaban vestimenta informal, seguida por el Noroeste de Inglaterra y las Midlands Orientales. Londres tuvo la menor proporción, apenas el 2,3%, con Escocia ligeramente por encima.
Los economistas de Indeed señalaron que la menor tasa de Londres puede reflejar su estructura de empleo. Muchas funciones se concentran en los servicios financieros, donde aún se espera una vestimenta formal. En tecnología, la indumentaria informal es tan habitual que rara vez se menciona en las ofertas.