Las recientes excavaciones en un balneario romano y etrusco de la Toscana han desenterrado una extraordinaria colección de objetos que arrojan nueva luz sobre los antiguos rituales de la región. Un espeso barro ha mantenido los objetos en perfecto estado durante 2000 años.
Se han realizado una serie de descubrimientos notables en el sitio de un antiguo balneario termal en la Toscana, donde los arqueólogos han descubierto un tesoro de artefactos, incluidas estatuas de bronce, coronas de oro, joyas e incluso huevos perfectamente conservados.
Estos objetos, que se cree que datan del siglo II a.C., se conservaron gracias a las aguas cálidas y el lodo rico en minerales del balneario ubicado en San Casciano dei Bagni, un pueblo en la cima de una colina cerca de Siena.
El lugar, que en su día fue un centro religioso para los etruscos y, más tarde, para los romanos, está siendo excavado desde 2019. Los primeros hallazgos importantes se produjeron tres años después, cuando se desenterraron 24 estatuas de bronce, muchas de ellas dedicadas a varios dioses.
Los descubrimientos más recientes los realizó un equipo de arqueólogos dirigido por Jacopo Tabolli, que desenterró estos tesoros a una profundidad de casi cinco metros en la piscina de Bagno Grande, donde los antiguos visitantes arrojaban ofrendas votivas al agua.
Entre las últimas reliquias encontradas se encuentran varias figuras de bronce de hombres y mujeres, incluida una de un hombre cortado por la mitad y dedicada por un romano llamado Cayo Roscio. Otro descubrimiento notable fue una serpiente de bronce de un metro de largo, que se cree que representa al espíritu Agathos, o el Buen Espíritu. Además de los objetos de bronce, el equipo encontró dos coronas de oro, joyas y más de 10.000 monedas, todo ello notablemente bien conservado gracias a las aguas ricas en minerales del balneario.
Tabolli, que se ha ganado el apodo de Indiana Jones en la ciudad, comentó sobre las sorpresas que el sitio sigue brindando. El sitio “ofrece infinitas sorpresas”, dijo. El balneario, construido originalmente por los etruscos, fue ampliado y hecho más lujoso durante el período romano, atrayendo a emperadores como Augusto.
Continuó utilizándose hasta el siglo V d.C., cuando fue cerrado durante la época cristiana. Las piscinas fueron selladas con pilares de piedra y las estatuas quedaron sumergidas en las aguas ricas en minerales. Se creía que las aguas termales, conocidas por sus propiedades terapéuticas, ayudaban con una variedad de dolencias, incluidos problemas hepáticos, dolor facial y fertilidad.
Estos hallazgos extraordinarios se exhibirán en un nuevo museo cuya inauguración está prevista en San Casciano dei Bagni a fines de 2026 y que brindará más información sobre las antiguas costumbres y prácticas de la región.