"Más de lo mismo": Estos pueblos europeos se preparan para otro año de sequía extrema

Los embalses de la región de Barcelona están muy por debajo de sus niveles habituales para esta época del año.
Los embalses de la región de Barcelona están muy por debajo de sus niveles habituales para esta época del año. Derechos de autor AP Photo/Emilio Morenatti
Por Laura LlachRosie Frost & Rebecca Ann Hughes
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En el noreste de España, el servicio meteorológico de la Aemet afirma que la sequía ha alcanzado "proporciones extremas". Una de las regiones más afectadas es Cataluña.

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El año pasado, algunas zonas de Europa sufrieron una sequía tan grave que limitó el suministro de agua potable.

A un invierno con escasas precipitaciones le siguió uno de los veranos más secos jamás registrados, mientras las olas de calor se extendían por todo el continente. Millones de personas sufrieron las consecuencias de estas condiciones meteorológicas extremas.

Otro invierno seco, con escasas precipitaciones y nevadas, no ha conseguido llenar unas ya de por sí escasas reservas. La Comisión Europea ha advertido de que las regiones europeas y mediterráneas podrían sufrir otro verano extremo este año.

En los meses previos al verano, los habitantes de las regiones que sufrieron lo peor de la sequía durante el verano pasado se preparan para repetir unas restricciones que ya les son familiares.

España espera "más de lo mismo" este verano

En el noreste de España, el servicio meteorológico de la Aemet afirma que la sequía ha alcanzado "proporciones extremas".

Una de las regiones más afectadas es Cataluña. El embalse de Sau está al 7% de su capacidad total y el agua potable para los seis millones de personas que viven en el área metropolitana de Barcelona está en peligro.

Varios municipios tienen las reservas tan bajas que se están trayendo camiones cisterna para abastecer de agua a la población.

El año pasado, los habitantes del municipio de Bonastre, en el Baix Penedès (Cataluña), se vieron limitados a utilizar el agua unas cuatro horas al día. Actualmente no hay restricciones, pero los vecinos se resignan a que vuelva la situación que vivieron el verano pasado.

"No tenemos miedo de que vuelva a haber restricciones porque es algo a lo que estamos acostumbrados", afirma Mario Ferrara, vecino de Bonastre.

"Este año sabemos que será más de lo mismo".

El Ayuntamiento ha construido un nuevo pozo, cuenta Mario, porque el que utilizaban antes se ha secado. Se abastecía del acuífero de Gaia, que está notando los efectos de la sequía.

El nuevo pozo formaba parte del plan de las autoridades locales para frenar la escasez y las restricciones de agua y éste se terminó a finales de 2022.

Pero, añade Mario, "es más un parche que una solución definitiva".

Cuenta que este año se está preparando para el verano comprando botellas y bidones de agua.

"La solución una vez que haya restricciones será ducharnos antes que los vecinos para no quedarnos sin agua".

'Casi un año' de escasez de agua en Castellcir

El pueblo de Castellcir, al norte de Barcelona, tiene 800 habitantes. Llevan "casi un año" utilizando camiones cisterna para conseguir agua.

Isabel Forner es propietaria de una tienda de ropa en el pueblo.

"Vivimos en las montañas y la tierra está más seca que nunca", explica a Euronews Green.

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"No ha llovido nada este invierno y la tierra estaba tan seca que, cuando nevó, la absorbió como una aspiradora. No duró ni cinco segundos por la falta de agua".

Cuatro veces al día vienen camiones a rellenar los depósitos de agua. El Ayuntamiento ha enviado una carta a los vecinos sobre la escasez de agua pidiéndoles que reduzcan su consumo y no llenen las piscinas. El comunicado de este año es más duro que nunca.

"Afirma que si la situación no va a mejor, se aplicarán restricciones de agua", explica Isabel.

Uno de los mayores problemas es la gente que viene de vacaciones al pueblo e ignora las restricciones, dice. Con la llega de los veraneantes vuelve la preocupación por si un descuido provoca un incendio forestal.

"Aunque no se puede hacer fuego y va contra la normativa, hacen barbacoas".

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Le preocupa que las autoridades apliquen restricciones tan duras como las que se vieron en Bonastre el año pasado. Pero, aunque no le gusten las restricciones, Isabel dice que es mejor que empiecen a ponerlas ahora en lugar de cuando ya no quede agua.

Emilio Morenatti/Copyright 2023 The AP. All rights reserved.
Vista del embalse de La Baells en Berga, a unos 112 km al norte de Barcelona. España.Emilio Morenatti/Copyright 2023 The AP. All rights reserved.

La población se prepara para un verano seco en la cuenca italiana del Po

El norte de Italia sufrió el verano pasado una de las peores sequías de los últimos 70 años. Algunas regiones se quedaron casi totalmente sin agua para regar los cultivos, poniendo en peligro el suministro de alimentos. El nivel del río Po alcanzó un mínimo histórico.

Y la cuenca del río más largo de Italia sigue sufriendo los efectos tras un invierno con pocas lluvias. Este invierno el cauce ha permanecido en niveles raramente vistos incluso en pleno verano.

Leonardo Pozzati es propietario de un negocio local y residente en el pueblo de Ariano nel Polesine, junto al río Po.

"Tengo caballos y otros animales. Se abastecen de agua directamente del suelo con una bomba y un pozo de unos 10 metros de profundidad", explica.

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"Este año existe una posibilidad muy real de que, si el nivel de las aguas subterráneas baja lo suficiente, el pozo se seque".

Leonardo dice que esto podría ser un problema para mucha gente de la zona que utiliza pozos para obtener agua para sus plantas y cultivos.

"Para prepararme, estoy estudiando la forma de conectar el suministro de agua de los animales a la red, pero obviamente esto cuesta dinero", añade.

"El año pasado, las compañías de agua y los Ayuntamientos restringieron la forma en que se podía utilizar el agua o a qué hora del día, así que es posible que también tenga que llenar las cubas a primera hora de la mañana o por la noche, cuando el uso del agua está permitido".

Mi solución este año es rezar y esperar".

Maria Camisotti, otra de las residentes de Ariano nel Polesine, está reduciendo su consumo de agua en previsión de que lleguen más restricciones este verano.

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"Mi viñedo y mi huerto se abastecen de agua de la red", explica.

"Este año no he plantado muchas verduras porque me preocupa que corten el suministro o restrinjan el horario como el año pasado".

El verano pasado regó sus cultivos de todos modos, a pesar de las restricciones, pero este año lo único que ha plantado son guisantes.

"En verano, llenaré cubos de agua y meteré las plantas en ellos. Así también espero ahorrar dinero, porque el agua de la red cuesta mucho", explica.

"Hace cincuenta años el problema era totalmente el contrario, el río Po estaba lleno, había demasiada agua. Pero ahora el maíz parece de mala calidad porque está demasiado seco".

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"Ya ha habido dos inviernos muy secos. Mi solución este año es rezar y esperar".

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