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¿Nevará más este invierno en Europa? Así podría afectar El Niño a nuestro clima

Una mujer corre por un callejón cubierto de nieve, en París, el miércoles 10 de febrero de 2021.
Una mujer corre por un callejón cubierto de nieve, en París, el miércoles 10 de febrero de 2021. Derechos de autor AP Photo/Thibault Camus
Derechos de autor AP Photo/Thibault Camus
Por Rosie Frost
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

Es probable que este fenómeno meteorológico se prolongue durante el invierno hasta el próximo año.

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En julio, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó oficialmente el regreso del fenómeno conocido como El Niño.

Los expertos aseguran que el calentamiento global causado por las emisiones de carbono suponen un "doble golpe" para el clima extremo y las temperaturas récord.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha declarado ahora que existe un 95 % de probabilidades de que la temporada de El Niño continúe hasta febrero de 2024, y que pase de un grado de moderado a fuerte.

¿Afectará El Niño a Europa este invierno?

Los fenómenos del Niño suelen durar entre nueve y doce meses, pero pueden persistir durante años, alcanzando su punto álgido entre noviembre y enero. Los científicos no saben muy bien a qué se debe, y aún nos queda mucho por aprender sobre estos patrones meteorológicos.

Se espera que el fenómeno actual continúe hasta 2024 y los expertos predicen que se intensificará en los próximos meses y que terminará en la primavera del año que viene.

Sin embargo, el complicado rompecabezas de los sistemas meteorológicos mundiales hace difícil predecir cómo afectará El Niño al tiempo en Europa a medida que avance el año.

La forma en que modifique las precipitaciones, el viento, las temperaturas y otros patrones climáticos también podría variar en función del lugar del continente en el que nos encontremos.

"Los años del Niño tienden a tener un comienzo de invierno suave, húmedo y occidental (noviembre-diciembre) y un final de invierno más frío y seco (enero-marzo) en la mayor parte del norte de Europa", explica el profesor Adam Scaife, jefe de predicciones a largo plazo del Met Office del Reino Unido.

Thomas Warnack/dpa via AP
Un hombre pasea a su perro por la mañana, poco después del amanecer, mientras las nubes de tormenta se acumulan en el fondo, en Riedlingen, AlemaniaThomas Warnack/dpa via AP

Scaife añade que "en el sur de Europa, podría traer condiciones más húmedas en general". El experto señala igualmente que estos datos se refieren al comportamiento medio del Niño, y que no es sencillo determinar el resultado con seguridad.

Scaife también señala que a menudo se observa un patrón ligeramente diferente durante los eventos más fuertes —como el que se está desarrollando en la actualidad—.

La conclusión, sin más, es que nuestro clima está lleno de sorpresas. Nunca obtenemos exactamente lo que esperamos, y El Niño no es más que una de las numerosas influencias en los patrones meteorológicos de Europa.

"Las precipitaciones tropicales desencadenan olas de escala planetaria que afectan a Europa en invierno. Éstas pueden originarse tanto en el Atlántico tropical como en El Niño, en el Pacífico", explica el experto.

Otras influencias meteorológicas pueden incluso alterar los patrones típicos del Niño. La estratosfera —la segunda capa de la atmósfera— también puede desempeñar un papel importante.

Cada dos años, por ejemplo, se produce una ruptura de los vientos en esta capa atmosférica. Suele ir seguida de una ola de frío, independientemente de que El Niño esté activo.

¿Qué podría ocurrir en 2024?

Los efectos de la aparición del Niño suelen retrasarse unos meses.

"Hay efectos retardados interesantes, por ejemplo en China, donde esperamos fuertes lluvias monzónicas de verano e inundaciones después de un gran El Niño", explica el profesor Scaife.

También hay más probabilidades de que el año que viene las temperaturas sean "más cálidas de lo normal".

La última vez que El Niño estuvo en pleno apogeo, en 2016, el mundo vivió su año más caluroso jamás registrado. Un fenómeno importante a finales de este año aumentaría las probabilidades de volver a batir récords de temperatura.

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AP Photo/Hassan Ammar, File
Un hombre se echa agua fría en la cabeza para refrescarse en un día de calor sofocante en el mar Mediterráneo, en Beirut, LíbanoAP Photo/Hassan Ammar, File

Combinado con el aumento de las temperaturas debido al calentamiento global, los meteorólogos creen que si las condiciones se alinean, 2024 podría terminar siendo el año más caluroso jamás registrado. Se teme que se supere el umbral de calentamiento de 1,5 ºC.

Incluso antes de que comenzara el fenómeno meteorológico en mayo, la temperatura media mundial de la superficie del mar ya era superior a cualquier otra registrada. Esto podría potenciar los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo.

¿Qué es El Niño/Oscilación Austral?

El Niño Oscilación del Sur (ENOS) es un patrón de calentamiento y enfriamiento de las aguas oceánicas y los vientos del Pacífico centro-oriental. Oscila entre periodos fríos —La Niña—, periodos neutros y periodos cálidos —El Niño—. Las fases cálidas suelen producirse cada dos a siete años.

Pero lo que ocurre en el Pacífico no se queda ahí. Entender cómo funciona el sistema climático mundial es como encajar las piezas de un rompecabezas gigante.

Los océanos interactúan entre sí y con la atmósfera, que a su vez retroalimenta a los océanos. Esto influye en los patrones de los vientos y en los sistemas meteorológicos de todo el mundo.

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El actual fenómeno del Niño se produce después de un raro periodo de La Niña que duró casi tres años y terminó en marzo. Ambos tienen la capacidad de causar fenómenos meteorológicos extremos, con graves sequías en todo el mundo en los últimos años vinculadas a la inusualmente larga La Niña.

Además de que este El Niño será probablemente de gran magnitud y de que se producirá en un clima más cálido que nunca, cabe esperar repercusiones sin precedentes
Profesor Adam Scaife
Jefe de predicción a largo plazo de la Oficina Meteorológica del Reino Unido

La investigación sugiere que el cambio climático podría hacer que estas oscilaciones entre calor y frío fueran más profundas e intensas.

El profesor Scaife afirma que el efecto exacto del cambio climático sobre El Niño es aún incierto.

"Sin embargo, estamos seguros de que los efectos de un determinado fenómeno del Niño son cada vez más intensos a medida que el clima se calienta", explica.

"Además del hecho de que este El Niño será probablemente un gran acontecimiento y que se producirá en un clima más cálido que nunca, podemos esperar impactos sin precedentes".

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